Jonathan Viera corre hacia el balón. Su gesto delata el esfuerzo por congratular al equipo (Foto: Mykel) |
Cuando la Liga 2010-11 echó a gatear y ocurrió el suceso de Arrecife en pretemporada, Jonathan Viera no se escondió para afirmar que la sanción impuesta por el club, a causa del error cometido en la noche lanzaroteña, lo había transformado en un estímulo personal para centrarse en lo que realmente importa: el éxito colectivo y su desarrollo individual como futbolista. El sábado pudimos comprobar dos nuevos detalles en su evolución como deportista de élite, pues mantiene la capacidad de aprendizaje y, si todo sigue su curso, puede estar en proceso de convertirse en un fenómeno de masas.
Hablemos primero del aprendizaje. Juan Manuel Rodríguez ha demostrado que no es un entrenador al que los nombres le deslumbran y menos ahora, cuando está inmerso en su tercer trayecto como primer responsable de la UD Las Palmas. En su búsqueda por hacer que la maquinaria funcione a pleno rendimiento, ha aplicado la vetusta medicina de banquillo a Viera y ha logrado meterse en la mente de una joya futbolística que, sin embargo, necesitaba perder la ansiedad en su juego. Y se pudo comprobar ante la Ponferradina que Viera, a pesar de la tensión del 0-0 en los últimos minutos, ha vuelto. En la jugada del gol de Quiroga se aprecia que el joven grancanario avanza y observa en varias ocasiones dónde está situado el argentino, realiza los cambios de ritmo precisos ante dos zagueros bercianos y envía el pase en el momento justo, con la fuerza necesaria y al lugar idóneo. Esa precisión y la serenidad para anticiparse a los acontecimientos la había perdido jornadas atrás, cuando parecía estar empeñado en realizar cruzadas en solitario tropezando una y otra vez contra murallas. Ha dado un paso más hacia su consolidación profesional porque, no lo podemos olvidar, está disputando su primera temporada en la segunda liga española.
Y reanuda también su camino hacia un previsible estrellato. Estamos hablando de un jugador diferente, con una visión atrevida del fútbol, con locas ideas imposibles y distintas que caracterizan a los deportistas geniales. Hacía mucho tiempo que la afición no se inclinaba tan claramente por reclamar a un jugador y eso le convierte en un proyecto de masas, un icono que ojalá se pueda disfrutar en el Estadio de Gran Canaria en Primera División. Viera es diferente y puede transformar también al resto en jugadores distintos pues, a su lado, mejoran. Si alguien quiere triunfar en esta UD debe formar con él una sociedad. Quiroga, vivo, rápido, combativo y rematador entendió el sábado el mensaje que el mismo Vitolo, por ejemplo, captó desde temprana edad.
Llegado a este punto de la temporada en las circunstancias conocidas, lo que procede ahora a todo el entremado del club es certificar la permanencia y esbozar una segunda campaña de esta nueva etapa donde la experiencia puede tener un factor benéfico. Hablamos de un peldaño más del propio Viera, también de Vitolo, de Ruymán, Aythami, Vicente Gómez, Armiche, ... Porque el joven internacional Sub'21, con su voluntad para evolucionar, puede demostrar con su reacción que muchas situaciones padecidas esta temporada no caerían en saco roto.
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