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martes, 19 de junio de 2012

HURACÁN BRANKO

Hacía tiempo que alguien no irrumpía en un proyecto de la UD Las Palmas con un mensaje tan potente como el que ha expresado el nuevo secretario técnico de la entidad, Branko Milovanovic. A nivel anímico se agradecen esas palabras tan explosivas, porque si hay que seguir al pie de la letra cada uno de sus argumentos sobre la manera en que estima que puede producirse el cambio de rol del equipo, entonces estamos hablando de un proyecto deportivo igual de pujante. Habla el serbio de modificar la ambición del actual equipo y de dos o tres fichajes acertados para aspirar a un ascenso que "si no se logra, me voy". 
Juani Castillo y Branko Milovanovic, como si se conocieran
de toda la vida (C. Torres)
A Branko no le ha importado salir a pecho descubierto a un escenario siempre cargado de urgencias y de sensaciones extremas como es el de su nuevo club, del que admite no tener un conocimiento abundante. Que no se preocupe: antes de llegar el inicio de la Liga ya tendrá una imagen más acertada de lo que le rodea, donde flores y espinas se camuflan unas tras las otras. Sus palabras le van a elevar a los altares o condenar, el tiempo dirá, pero a él poco le ha importado pronunciarlas. Procede de un lugar donde el deporte colectivo ha sido uno de los motores promocionales del país, con éxitos en distintas modalidades de conjunto y donde cierto es que imperan dos conceptos que se inyectan desde la etapa formativa: la ambición y el atrevimiento. El carácter aguerrido de Los Balcanes incorporado al talento del futbolista grancanario; no es mala propuesta.
Hurarán Branko ha llegado. A los que tiene que convencer, sin embargo, están esparcidos por el Planeta, de vacaciones, siguiendo a través de la web lo que se les viene encima. Un secretario técnico con vocación de psicológico, no está mal para empezar su primer análisis: mejorar lo que ya existe. 

martes, 5 de junio de 2012

UN DATO DEMOLEDOR

Cien mil asientos quedaron vacíos esta temporada en el Estadio de Gran Canaria en relación al ejercicio precedente. Causaba dolor observar esos graderíos del recinto en las últimas jornadas y la protesta silenciosa de los aficionados, ausentes de manera significativa. ¿Qué falló en el mensaje dirigido a ellos?, ¿por qué el año que llegó a despertar la ilusión y tranquilidad, el hincha desapareció como por arte Houdini?. Somos incapaces de desvincular varios episodios de la temporada con la crisis económica, pero tampoco somos capaces de dejar entrever que existe un desencanto que puede ir más allá que el deportivo.
La última formación de la temporada, con las gradas desnutridas (C. Torres)
El consejo también habrá fallado y se obliga a reflexionar sobre lo acontecido porque cada temporada es un nuevo mañana. Cae un telón a la misma vez que sube el otro. Ese castigo tan severo del abonado o del simpatizante general de la UD Las Palmas al esfuerzo realizado por todos, aún a pesar de que el club grancanario está en las primeras posiciones generales de audiencia de toda la Segunda División, hay que asimilarlo, interpretarlo y solucionarlo. Porque hay señales invisibles detrás de cada silla vacía.
El tiempo se esmerará en ejercer su papel judicial, porque no deja de resultar contradictorio que el aspecto del Estadio refleje una injusta sensación de fracaso, que no guarda proporciones ni lógica. Un club de fútbol refleja el estado del alma de sus aficionados, pero también una propuesta tan atrevida como la que exhibió en las dos últimas temporadas se ha de acompañar de un acto de fe que requiere aficionados cómplices. Explicarlo y divulgarlo correctamente, sin escisiones, es lo que el consejo ha de moderar para que no hay equívocos a lo largo de la próxima campaña, que comienza con espinas.