Por Higinio Medina Quintana *
No conocí personalmente a Juan Guedes, pero sí quiero decir que formó parte de mi infancia como uno de los héroes a los que cualquier niño de aquella época nos gustaba emular. Ahora, al ver la fotografía que encabeza el artículo de José Hernández en este blog, dos situaciones concretas se abren paso en mis recuerdos por la impresión que me causaron en su momento:
La primera de ellas fue la noticia de su fallecimiento. Recuerdo que estaba en el recreo del colegio cuando uno de los compañeros lo comentaba, curiosamente también se apellidaba Guedes ("¡vaya coincidencia!", dijimos). Fue una sensación extraña, el pan con conserva de guayaba que me estaba comiendo casi no lo pude acabar. De alguna forma, con apenas diez años, empezaba a tener conciencia de lo que es la vida.
La segunda fue una situación que se dio en un partido del que no sabría decir contra qué equipo era, pero es como si la estuviera contemplando de nuevo: después de un saque de portería el balón llega a un defensa de Las Palmas, que viendo a sus compañeros iniciar los desmarques para el ataque lo lanza hacia el medio campo, concretamente hacia la posición en la que se encontraba Guedes, (yo estaba situado en la Grada Curva y desde mi perspectiva el balón fue hacia la zona izquierda del campo). Éste, en plena carrera, casi sin mirar, con un contrario a su lado y de tacón da una pase excepcional que pone en pie al Estadio Insular.
Entre los aficionados hubo quien dijo que era imposible, que por esas casualidades el balón tocó en su espuela y sin él pretenderlo creó esa jugada. Lo cierto es que una de las características de su fútbol era la precisión en los pases. Al margen de esta anécdota no cabe la menor duda que Juan Guedes como deportista (aparte del dominio del balón, a mi me llamaba la atención su figura espigada y su zancada) está presente como esencia del fútbol canario. Su carisma, el reconocimiento que permanentemente tiene la afición canaria hacia su persona sigue marcando un hito 40 años después.
Como decía al principio, no le conocí personalmente, pero después de cada partido deseaba que viniera el siguiente para poder ir al estadio con mis tíos a disfrutar del juego de la Unión Deportiva Las Palmas, un equipo del que Guedes formaba parte activa y que con él como uno de sus estandartes llegó a escribir una de las páginas más brillantes del deporte canario; quizá la que más se recuerde, seguro la que más ha maravillado a una generación de canarios entre los que tengo la fortuna de encontrarme.
* Higinio Medina Quintana: la visión del aficionado
(abonado 5.888 de la UD Las Palmas)
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