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domingo, 16 de febrero de 2014

LOBERA Y EL ASEDIO DE LOS DATOS OBJETIVOS


El próximo 28 de noviembre de 2014 se cumplirán diez años de un hecho insólito en la historia del fútbol mundial. Y, ¡cómo no!, estaba inmersa en esa fecha la UD Las Palmas. Fue el día en que el Magistrado Juan José Cobo Plana aplicó un laudo judicial que regulaba la continuidad de un entrenador al frente de un equipo de fútbol profesional. El juez 'sacaba la mano' desde debajo de la tierra, dejaba a los humanos responsables de la administración concursal su razonada explicación del por qué y volvía a hundirse dejando que los acontecimientos siguieran su curso. Cobo se vio obligado a argumentar el cese de un entrenador por razones objetivas, tal era el clamor que entonces había en torno a la labor de David Amaral y una nave amarilla que hacía zig-zags en las aguas de la Segunda B. Ofreció una serie de condiciones para que el técnico manejara el timón y otras por las que debía abandonarlo y ser relevado. Todas esas normas estaban relacionadas con la clasificación del equipo, la cercanía o lejanía de las posiciones de liguilla de ascenso, pero no tenían en cuenta las sensaciones futbolísticas, las ocasiones malogradas, las bajas en plantilla e, incluso, hasta el factor siempre vinculante de los otros jueces: los árbitros.

Y ocurrió que aquel fatídico día de hace diez años se cumplieron todos los requisitos clasificatorios reglamentados por Cobo Plana tras el 0-2 con el Celta B, en el Estadio de Gran Canaria. David Amaral se convertía en esa fecha en una víctima especial en el balompié planetario. Sólo tenía que leer la letra pequeña de la documentación emitida en el Juzgado de Lo Mercantil y desprenderse de noticias, rumores y comentarios que siempre conviven en la periferia de cualquier entrenador. Las razones objetivas diseñadas por el instructor del concurso de la UD Las Palmas se cumplieron y Amaral fue cesado desde el despacho de un juez.
Aquel caso tan singular no volvió a repetirse. Una década después el fútbol sigue viviendo en esos mismos parámetros de ansiedad y la UD asume sus nuevas crisis. Sergio Lobera, que entonces era un incipiente entrenador, es el que reside hoy en el puesto de Amaral. No tiene que esperar a un laudo; a él le enjuicia un consejo de administración que tiene en su mesa de trabajo una colección de datos objetivos que respaldarían cualquier decisión sobre su continuidad. Algunos son:

* El equipo está a punto de cubrir el segundo tercio de la competición y vive ajeno a los puestos de promoción de ascenso, la primera de las metas
* Suma un durísimo parcial de 9 puntos logrados de 33 posibles en 11 partidos, mientras el balance de los ocho últimos sólo lo empeora el colista Mirandés
* Lleva tantas derrotas (9) como victorias, además de presentar un balance deficitario en el golaverage general (tres tantos en contra más)
* Es el equipo con menos realización del torneo de Segunda. Sus 25 tantos a favor sólo los iguala el Mirandés
* En casa ha logrado 16 puntos de 42 posibles, situándose en el tercer puesto peor de esa clasificación parcial (antes que Hércules y Alcorcón)
* Su estructura como bloque, pasadas 26 jornadas, sigue sin estar totalmente definida
* Y, lo elemental: la afición ya ha expresado al consejo el disgusto sobre su labor en varias ocasiones, solicitando en el estadio un cambio. Este hecho está respaldado por la propia opinión de la comisión deportiva del club que, según confirmó el presidente, también aboga por un revulsivo en el banquillo

También existen otros datos objetivos a favor que el consejo maneja sobre el cuerpo técnico que llevó a la UD Las Palmas la pasada temporada a la promoción de ascenso, pero que ahora están quedando eclipsados. Lobera salió tocado del derbi; situación que pudo remontar con la victoria en Riazor, pero la realidad de los números se impone en sentido inverso. Lo que no podrá cuestionarse es la solidaridad hasta el día de la fecha que con él ha tenido el consejo de administración de la UD Las Palmas, manejando el timón contra el potente viento que sopla en dirección contraria. El aragonés puede sentirse un técnico privilegiado porque lo que está viviendo en UD Las Palmas no es común ya en el fútbol actual.
Lo que no contempló hace diez años el Juez Cobo Plana es una reacción, un cambio futbolístico que en el deporte siempre es posible y que se produjo (parcialmente) con la llegada de Sánchez Aguiar. La frialdad de sus números se aplicaron con Amaral hasta las últimas consecuencias. Al contrario, hoy los rectores de la UD Las Palmas esperan una vez que el equipo sea capaz de imponer en el campo de batalla sus buenas sensaciones, que también las tiene, a la crudeza de los datos objetivos. Y lo que ha de venir vendrá; no antes ni después.

lunes, 10 de febrero de 2014

"CAMBIE DE AMISTADES, SEÑÁ RUPERTA"


Este lunes ocurrió algo excepcional. El iraní Masoud Shojeai se quedó mirando a los periodistas después de la rotación de preguntas; unió sus manos casi como gesto de inicio de un rezo y suplicó en voz alta. Pidió que la gente de la UD -los de fuera, los de dentro, los de alrededor y los amarillos de todos los rincones- se comportaran como una familia. Esa palabra la empleó varias veces porque comprende él, sin duda, que el objetivo tan ambicioso como el proyectado para esta campaña es imposible alcanzarse si el nombre inicial del club al que representa es el primero de los defraudados: Unión.

Y nos llama la atención porque Masoud, que no es sospechoso de conocer los entresijos del sexagenario club, comprendía que los episodios tan peculiares de la pasada semana no corresponden al escenario de un equipo que está inmerso en la larga batalla del ascenso. No sabemos en realidad si el mensaje en voz alta del iraní llegará hasta las profundidades que él pretendía, porque se emite en dirección hacia donde existe una batalla ajena a lo futbolístico: la captura del ‘click' de la audiencia se superpone a la garantía crediticia, sin fisuras, de las publicaciones. "Las noticias como las del otro día", dijo, "no son la solución".

No es la primera vez que en la UD Las Palmas a través de su historia se cuestiona el trabajo de un entrenador; ni tampoco que existan movimientos en Pío XII o en el exterior para servir en bandeja alternativas. Nada fue ajeno a lo que ya se conoce en el mundo del fútbol, en todas partes del planeta, pero el tiempo de la información real y de los sucesos reales solo lo pueden manejar los responsables de la entidad. Por eso, a nuestro juicio, mejores explicaciones de la realidad, de lo rigurosamente contrastado, las ha expresado el presidente Ramírez en su intervención posterior al día de autos. Dijo muchas cosas, pero subrayamos lo elemental:

- La comisión deportiva pidió el cese del entrenador y lo ha argumentado en una reunión del consejo
- Lobera nunca estuvo cesado, sí cuestionada su labor (de hecho lo sigue)
- Las Palmas tiene que elevar consultas de posibles relevos a la vez que se producen decenas (¿) de ofrecimientos ante la eventualidad de un cambio en el banquillo
- El club no ha manejado bien los sucesos de la pasada semana porque opiniones individuales no corresponden al ejercicio final de la entidad.

Este último punto merece una reflexión interna y evaluación de responsabilidades. Todo se ha contado en tiempo y forma con la voz autorizada para hacerlo, sin especulaciones y/o interpretaciones.

La realidad, lo que no admite discusión, es que Lobera se ha sentado en el banquillo ante el Numancia y que el proyecto navega en dirección hacia Jaén con la misma comandancia. La afición estuvo desconcertada por un fraude informativo de mayúsculas proporciones, hasta que comprobó que aquellas se desmarcaban del rigor que reclamaba este lunes el mismo Masoud. Pero igual de malo sería que la continuidad de Lobera se convierta en campo de batalla por el "yo tenía razón".


Estas cosas tan serias hay que interpretarlas con humor. Durante toda la semana teníamos en mente una viñeta que, en nuestra infancia, habíamos visto en cierta ocasión del mítico Cho Juaá (Eduardo Millares Sall); por cierto muchas de sus escenas vigentes con tanta vitalidad hoy como entonces. Y ocurrió que el sábado en el Gran Canaria coincidimos como en otras ocasiones con la bloguera de UD Las Palmas, Malena Millares, y su esposo Bruno González, dos activistas de la causa amarilla de envidiable moral. Y quiso el momento que ellos volvieran a preguntarnos lo que tanta gente nos había trasladado durante la semana: "¿Por qué Tinta Amarilla no publicó una línea del presunto (dejémoslo ahí) relevo de Sergio Lobera y la venida de Gorosito?". La respuesta nos vino como anillo al dedo:

- "Malena, porque preferimos no sumar audiencia de un minuto por poner en riesgo nuestra credibilidad. Nuestro lema no es: "no dejes que la realidad te estropee un buen titular". La próxima vez, cuando se produzca un cambio de un entrenador o un fichaje, el lector volverá a nuestra casa convencido de que aquí encontrará la verdad. Por eso el chiste de tu padre tenía mucha razón; sabiduría profunda y es permanente".

PD: "Cambie de amistades, Señá Ruperta"


martes, 4 de febrero de 2014

FACTOR ENTRENADOR, HAYLO


El factor entrenador existe en todos los proyectos del deporte. No es decisivo; sí es vinculante. Esta misma semana, la memoria periodística nacional sobre la figura del desaparecido técnico Luis Aragonés ha rescatado episodios, vivencias y frases que fueron públicas sobre las andanzas del seleccionador que convirtió la furia en elegancia roja, el que transformó el padecer de un combinado que se deprimía en las batallas de cuartos de final a la felicidad del equipo que llegó a campeonar en el Prater de Viena. "Las finales hay que ganarlas, no jugarlas. De los subcampeones nadie se acuerda. Subcampeones de qué ... Eso no vale", les decía a sus internacionales para sacar lo que llevaban dentro en aquellos ya mitificados partidos de la Eurocopa. Sin duda recordaba que él mismo perdió una gran final de la Copa de Europa con el Atlético de Madrid cuando todo parecía ganado ante el Bayern de Munich. Un dolor eterno para el Pupas.

La verdad sobre el Luis Aragonés sabio y motivador nunca la conoceremos del todo. Quedará para aquellos jugadores que le tuvieron a su lado y que compartieron la intimidad de los vestuarios y concentraciones. Lo que les dijo, lo que les hizo o lo que le hicieron también los futbolistas no ve la luz. La verdadera historia de los clubes o de los equipos, la que profundiza hasta la última frontera, nunca se llega a conocer del todo porque queda para los propios protagonistas. Y mueren con ellas.

El equipo campeón de Europa de 2008 residía en la cabeza de los jugadores y el éxito del entrenador que los dirigió no fue decidir ésta o aquella alineación, definir el sistema o las jugadas de estrategia a emplear. Su verdadero valor fue meterse en el seno del colectivo, unirles y hacerles creer en el éxito. "Forman ustedes un grupo excepcional de jugadores. Si no llego a la final con este grupo es que soy un mierda y he organizado una mierda de equipo", también les dijo a aquellos futbolistas que desde hace seis años dominan el concierto futbolístico mundial.

Luis no dejaba indiferente a nadie. No se habría ganado la solidaridad de los jugadores en una frase, en un día o ante un partido. Es el fruto de la trayectoria, de un andar en línea recta, en las luces y en las sombras. La crudeza de sus palabras se convertían en una bendición para los protagonistas. El ahora amarillo Ángel López lo reconocía esta misma semana cuando le llegó a considerar como "el entrenador más justo que he conocido". Habla del hombre que le hizo debutar en la selección y también del que le descabalgó de la misma. En ambos escenarios el defensa grancanario quedó convencido de las palabras y decisiones del seleccionador Aragonés, porque el gran valor de un técnico es que todas sus actuaciones tengan el respaldo de los que salen a combatir por el equipo, por él. Y también de los que tienen un papel de reparto y quedan entre bastidores. Lo más difícil lo había logrado: ser lo más objetivo posible dentro de un mundo dominado por la subjetividad y las pasiones. Eso también es arte.

El mensaje de Luis Aragonés era claro, sencillo e inequívoco. Su mejor frase quizá sea aquella que dio a los jugadores del Atlético de Madrid después de una charla técnica extensa al límite de jugarse una final de Copa contra el eterno rival blanco. "¿Lo han entendido?, ¿Lo han entendido de verdad?. Pues esto (golpeando la pizarra) no sirve para nada. Lo que vale es que ustedes son mejores y que estoy hasta los huevos de perder con éstos, en este campo". El Atlético ganó 2-0 al Real Madrid aquel día.
"Tengo una selección, ahora me toca hacer un equipo", expresó en la ocasión en que colocaba las piezas de la España campeona. Esa misma frase, a día de hoy, también está vigente en Gran Canaria y en un proyecto de ascenso que sigue incompleto.