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lunes, 20 de octubre de 2014

CRECE COMO EQUIPO


La UD Las Palmas crece como equipo. Lo ocurrido este domingo frente al Numancia puede ser una muestra de ello. Si en las primeras jornadas su fútbol descollaba por los destellos finalizadores de Sergio Araujo, en la victoria de la novena jornada -en el empate ante el Betis también- hay mucho en la labor de los amarillos relacionado con términos como cohesión, sacrificio y sociedad. Porque además de los cepos propios del CD Numancia que debió sortear, también le tocó edificar una parte de la victoria introduciéndose en la mina para proteger la ventaja con orden, rigor y una alta combatividad, propia del equipo fiable que reclama desde el verano Paco Herrera. No sólo la mantuvo sino que, en inferioridad numérica, la aumentó. Eso no se logra con individualidades; sí en cambio con el carácter asociativo de todos los jugadores, los enchufados y los que se adhieren.

Lo del Heliodoro queda, apenas tres jornadas después, como un vago recuerdo, el único lunar tras cubrirse la quinta parte del campeonato regular. El equipo puede sentir que crece, pero lo hace como grupo, con victorias que sus 13.646 del día supieron valorar por la búsqueda del gol a través de la paciencia y por la batalla defensiva cuando el partido se tornó gris. La chispa de Araujo ha sido una herramienta muy válida para llevarle arriba en la clasificación pero en estos encuentros ante el Numancia, en la semana loca de Copa y Liga, se ha demostrado que Las Palmas es mucho más que el momento brillante del ariete xeneize.

La Copa demostró que hay jugadores en la recámara en tan buen nivel como los titulares. Esa garantía la necesita el cuerpo técnico porque pronto vendrán las apreturas de las competición. La idea en todos, es la misma, tanto en juego como en ganas. Para vencer al Numancia en dos ocasiones, Las Palmas ha debido fabricar cuatro golazos en ambos partidos, sin que tengan los jugadores grancanarios la sensación de que el equipo soriano regaló un sólo instante en los 180 minutos del doble compromiso.

Y en ambas victorias también observamos un factor-entrenador incuestionable. No por el desarrollo del juego, sino porque las modificaciones que realizó Paco Herrera hicieron mejorar las prestaciones del equipo y explotar sus recursos. El grupo sale reforzado de estos cuatro días donde ha comprobado en el rostro del Numancia que cada punto en la actual Segunda División es una odisea.