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domingo, 6 de marzo de 2011

MORIR EN LAS PALMAS

Juan Guedes y Antonio Lemus: el futbolista y el periodista
 (Archivo de Norberto Rodríguez)
El maestro de periodistas y Premio Canarias de Comunicación, el siempre recordado Antonio Lemus, firmaba el siguiente artículo en las páginas de La Provincia, el 10 de marzo de 1971, un día después del fallecimiento de Juan Guedes:
          
               Por Antonio Lemus

Todos los días se nos moría Guedes un poquito. Se le iba la vida soplo a soplo. Es cierto que luchaba desesperadamente por vivir, porque sus ojos, aunque hundidos y tristes, reflejaban mejor que nada el ansia de salir adelante. Él, que aún no había rematado del todo 'in bellezza' su carrera de jugador, porque su juventud le abría aún las etapas de más tiempo, sabía que no volvería a pisar los céspedes futbolísticos, y acaso presentía también su tremendo drama, aunque la resignación más ejemplar fue, en todo momento, inseparable y  cristianísima virtud a su lado, en esa habitación 345 de la clínica donde moriría.
   Le había dicho Guedes a Aparicio –su fiel acompañante hasta el último instante, hasta el minuto exacto de su muerte—que “fuera lo que Dios quisiera”. Pero le había dicho más. Simplemente esto: ´Si Él me llama, mi alegría es que sea aquí, donde yo estoy, donde nací….”
El viejo Capi le levantaba cada día la moral, no le dejaba apesadumbrarse. Estaba allí mañana, tarde y noche. Iban también los directivos, el secretario general, el entrenador y sus  compañeros de equipo. Iban a sabiendas que le estaban despidiendo cada atardecer un poquito. Fuera estaba la vida radiante y luminosa que tanto amaba, por su juventud y su excepcional calidad humana Juanito Guedes. Y con él, su esposa Georgina Ojeda, dando aquellas admirables pruebas de valentía y serenidad, sólo rotas en las horas tristísimas de ayer.
   ¡Morir en Las Palmas! Sí; morir como había vivido largos años en loor de multitud, arropado por la emoción incontenible de miles y miles de canarios, que le han despedido ayer para siempre con una demostración impresionante de dolor difícil de relatar. Le han dicho, ya muerto, cuando la bandera del club y la camiseta amarilla con su '6' inolvidable cubrían su ataúd, lo que le dijeron siempre en vida, lo que le admiraron y quisieron por su entrega, su canariedad, su fuerte personalidad, en la que se unían ensambladas modestia y simpatía; al medio izquierdo fabuloso de tantas jornadas, que queda ya para siempre en el recuerdo, vértice máximo del fútbol canario actual, al jugador entero y consciente prototipo de la honestidad y la entrega. 
Las filas del equipo tan amado por él, han clareado con su baja, pero quedará para siempre su imagen postrera y definitiva y el ejemplo a imitar por tantos que están el futuro del fútbol canario. Para ellos, ser como Guedes. No resultó un azar venturoso que él mandara el equipo como capitán; él que, en su vida de jugador, supo poner siempre, por arriba de la letra de un contrato profesional, el amor de su corazón hacia nuestra querida Unión Deportiva Las Palmas.


4 comentarios:

  1. Era nuestro orgullo, grande Guedez, dejó huella en el corazón de todos los canarios, amaba Gran Canaria y defendió los colores del equipo como gran capitán que era, siempre le recordaremos, gracias Manuel por recordar esos tiempos gloriosos del fútbol canario.

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  2. Sinceramente, cada capítulo que leo me parece muy emocionante. Si llega a ser norteamericano, ya le hubieran hecho una película contando la historia de su vida. ¡Grande Guedes!

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  3. Leyendo estos días los artículos sobre Juanito Guedes me he emocionado. Era un crío cuando lo ví jugar en el añorado Estadio Insular y pienso ahora, cuando se cumplen 40 años de su fallecimiento, que se ha cumplido lo que decían entonces los comentarios: Nunca lo olvidaremos. Esta extraordinaria serie de Tinta Amarilla es una prueba de ello.

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  4. El Maestro bordaba sus árticulos, escribiendo con naturalidad yt sencillez llegaba hasta lo más profundo. Fue un chicharrero que amó la Unión deportiva Las Palmas, que vivio desde su fundación. Enhorabuena a Tinta Amarilla por recordarnos esta época dorada.

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