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martes, 8 de febrero de 2011

JUANMA: "El fútbol me dio muchas cornadas"

Juanma Mederos, sentado en una de las porterías del campo de Las Coloradas (Foto: MB)
El zurdo de moda de la UD en los años ochenta admite que "dejé muchas cosas por hacer. Con la mentalidad que tengo ahora jugaría en Primera". Descubre que se retiró a los 25 años por recomendación expresa del doctor Guillén

Juanma Mederos (25 de mayo de 1968, Las Palmas de Gran Canaria) fue el zurdo de moda del balompié canario a finales de la década de los ochenta. "Era rápido, habilidoso y un poco mamón, como se decía antes", confiesa hoy desde Las Coloradas, la patria chica donde su familia disfruta de una vida placentera, magníficas vistas, vecindario pequeño pero cálido y una popularidad que aún no le ha abandonado. El fútbol elevó sus juveniles expectativas y más tarde le escribió un cruel destino obligándole a colgar las botas y a dar un giro brusco a su vida cuando apenas tenía 25 años de edad. "Y dejé muchas cosas por hacer. Al margen de las lesiones y de las circunstancias que rodearon mi etapa como jugador, con mis conocimientos actuales y mi mentalidad hoy no dudo que acabaría jugando en Primera División. Reconozco que me faltó ambición, me faltó algo, quizá carácter, que no me dejó progresar porque tenía muy buenas condiciones".
  Juanma irrumpió como un ciclón entre los aficionados del Estadio Insular tras debutar frente al Sabadell (20 de noviembre de 1988),  bajo la dirección de Álvaro Pérez. Pero su etapa en el primer equipo se cerró 57 partidos después. Una grave lesión frente al Deportivo iba a marcar, a los 21 años de edad, un primer cambio de rumbo. "El fútbol me dio dolorosas cornadas. Hasta ese día", recuerda, "nunca había tenido una lesión. Pero tuve muy mala suerte y sufrí tras la operación un síndrome compartimental en mi pierna izquierda. Nadie había oído hablar nunca en el vestuario de una cosa similar. Las células morían y durante algunos meses tuve un drenaje para limpiar la zona afectada. Pero las consecuencias fueron muy perjudiciales. Perdí toda la movilidad en el tobillo izquierdo y también la sensibilidad en el pie. Quedaron afectados músculos y tendones".

SECRETO EN GRANADA
Con un panorama así su mundo pudo apagarse. Pero lejos de arrojar la toalla Juanma se repuso y el deporte le dio una segunda oportunidad. "Para cualquier futbolista, una situación como la mía podía significar la retirada. Salir de Las Palmas fue una decisión difícil y dura. Pero me fui al Granada donde coincidí con el tinerfeño Andrés y el galdense Onofre. Me trataron de cine en este club. Jugué al fútbol como nunca a pesar de que seguía sin movilidad y sensibilidad en el tobillo, algo que no se supo porque no lo comentamos en público. Marqué doce goles en media Liga hasta que en un partido contra el Linense, con otra entrada por detrás, me rompieron los ligamentos de la rodilla. Y todo se acabó".
  Juanma siguió luchando pero el prestigioso doctor Guillén le trasladó una recomendación dramática: "Si permanecía practicando el fútbol podía perder la pierna. Aquel mensaje fue definitivo. Una nueva lesión me quitaba lo que más quería. Había superado con voluntad mi primer problema: no perdí velocidad, corría apoyando el pie de forma plana y golpeaba el balón sin girar el tobillo. Pero la segunda vez que caí fue demasiado".


LLEGAR A LA UD NO ES EL TECHO
Juanma Mederos (Foto: MB)
El isletero fue una persona noble y aún hoy es un libro abierto al confesar sus sensaciones de antaño. "Ernesto Aparicio me decía: ¡Juanma, mete el rejo. No dejes escapar esta oportunidad!. Ahora comprendo muchos consejos. El futbolista canario, en un noventa y cinco por ciento, cuando llega a la UD Las Palmas cree que ya ha alcanzado techo. Y no es así. Se dedica a tocar el balón gustándose y pierde el sentido de la ambición. Eso, de alguna forma, me pasó a mí y a muchos otros jugadores. En la actualidad también veo algo de este mismo problema".
  Pone como ejemplo opuesto al sureño David Silva: "Está en el otro cinco por ciento. Es un chico que no conoce límites porque siempre quiere más. Por difícil que parezcan sus nuevos objetivos, él los alcanza. Recuerdo su paso por el Eibar, el Celta, el Valencia, ... todos los equipos al final se le hacían pequeños. Sigue y sigue creciendo. A eso me refiero".
   Juanma sigue a la UD a distancia y admite haber ido tres veces al Estadio de Gran Canaria. "Es muy frío", matiza. "Le falta la magia del Insular". De la nueva hornada de jugadores observa que "hay mucha calidad en todos, no sólo Jonathan Viera. Pero hay que jugar al máximo siempre, no sólo un par de partidos".

COLOMBÓFILO PASIONAL
Juanma muestra uno de los ejemplares de palomas mensajeras
 que cría en la azotea de su casa (MB)
Su otra pasión deportiva es la colombofilia. En la azotea de su casa cría sesenta ejemplares de palomas mensajeras. "Las atiendo durante varias horas al día. Hablo con ellas, las observo, limpio el palomar, ... Ahora estamos en época de cría y hay que seleccionar bien las parejas para mantener la línea". Recuerda que tenía conversaciones de colombofilia con Germán Dévora después de los entrenamientos con la UD: "me regaló una pareja magnífica, cuya línea he mantenido con nuevas generaciones" comenta mientras muestra algunos de estos ejemplares. "Este es un hábito que adquirí cuando tenía nueve años de edad, en casa de mis padres. Los chicos de Las Coloradas teníamos palomas y era una manera de pasar el tiempo. Ahora pertenezco a la Sociedad de Palomas Mensajeras de La Isleta. En el campeonato de otoño gané el tercer premio". Desvela Juanma que su mejor ejemplar voló diez horas desde el Sáhara, con un recorrido de 650 kilómetros. "Para el criador ésto es una gran satisfacción".
  Si le queda tiempo libre, monta la caña, saca de la nevera sus cangrejos y unas lomas detrás del barrio encuentra uno de los mejores pesqueros de viejas y sargos: "La pesca es divina por esta zona. Aquí siempre he pasado mis veranos. La mayor vieja que cogí pesaba un kilo ochocientos gramos y era parda. Incluso con Orlandito y algunos jugadores más veníamos a disfrutar de El Confital y sus alrededores cuando éramos jugadores. Yo soy un hombre de mi pueblo", concluye.
RECUERDOS
A GARCÍA PANASCO SE LE SALTARON LAS LÁGRIMAS.  "Mi primera lesión ocurrió dos jornadas después de haber renovado por tres temporadas con Las Palmas. Cuando salí del hospital fui a ver a Don Jesús (García Panasco) y le dije que si yo suponía un problema económico para el club, que me resolvieran el contrato. Él me dio un abrazo y noté que se saltaban las lágrimas. Me trató como un caballero".
Una formación de la UD con Julio, Chano, Gerardo, Verona,
Armando, Oscar (de pie), Tino Pollín, Onofre, Juanma,
Alexis Trujillo y Víctor (Historia de la UD Las Palmas)
LOS MIMOS DE NANDO YOSU.  "En Granada me sentí especial, me sentí más futbolista que en cuatro años en Las Palmas. Hasta tal punto que Nando Yosu me dijo que en este equipo jugarían Juanma y diez más. Una mañana hacía un frío tremendo en el viejo estadio de Los Cármenes. Él observó y me dijo que me fuera a dar masajes, que aquello no era para mí. Fui el único de los jugadores que se salvó de la tremenda helada. El resto tuvo que entrenarse".
KOKE, UN FENÓMENO.  "Nunca tuve un ídolo de juventud. Como futbolista fui autodidacta. Pero me gustaban algunos jugadores de la UD. Me fijaba en Koke, la manera con la que tocaba suavemente el balón y cómo cabeceaba hacia atrás. Fui luego compañero suyo; un placer. Me gustaba también la habilidad de Narciso, la potencia de Julio Suárez o Juani, la elegancia de Sergio Marrero o Alexis Trujillo. Y tengo el placer de ver llegar a Orlandito al primer equipo, con 16 años. Una alegría para la vista cuando controlaba el balón".
HUÍDA DEL FÚTBOL.   "El fútbol, por tantas circunstancias, me dejó mal sabor. Aún no puedo verlo, se me van los ojos pero no lo puedo practicar. Llevo una vida normal porque, aunque mantengo los mismos problemas en la pierna izquierda, lo único que no hago es deporte. Fui entrenador aquí, en Las Coloradas, y soy muy exigente con los niños, especialmente con mis propios sobrinos".

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