La 'bala' Quero conduce el balón en el Estadio de Gran Canaria. (Foto. Mykel) |
Las Palmas reanuda la segunda vuelta en casa con la necesidad de volver a sumar tres puntos y despegar hacia la tranquilidad
Se cumplen este sábado, 5 de febrero, 70 largos días desde que la UD Las Palmas saboreó la última victoria en la Liga (2-1 al Rayo Vallecano). Su peregrinación desde la zona noble de la tabla clasificatoria hasta las posiciones de sufrimiento ha sido dura y ha calcinado parcialmente algunos aspectos del proyecto. Pero no su esencia. Más de dos meses alejados de la alegría ha dejado hambre en el seno de la plantilla grancanaria, que atisba con otra alegría la segunda vuelta de competición. El punto del Heliodoro, el 'cero' en la portería frente al Nástic, la recuperación de lesionados, ... detalles que suman en favor de los intereses de un club que necesita volver a orbitrar con tres puntos más en su haber.
El problema para Jémez ha cambiado. Ahora consulta con la almohada las exclusiones de su convocatoria, no las ausencias. Pero los dos encuentros precedentes, al menos en el aspecto defensivo, han dejado huellas por donde debería de nuevo transitar para mantener el grado de seguridad que se ha vivido en las últimas jornadas. No es Las Palmas un equipo ciento por ciento defensivo ahora, pero sí que su nuevo comportamiento ofrece mejores perspectivas para progresar en la clasificación.
Dentro de la citación oficial de jugadores, el técnico andaluz mantiene el bloque de las últimas jornadas pero ha de encontrar las piezas que puedan elevar también el listón del ataque. Sin los lesionados Vitolo y Jonathan Viera, Las Palmas aparece en el partido frente al Huesca con otras herramientas para perforar la retaguardia aragonesa. Perea o Quiroga en el ariete, Sergio o Pedro Vega en una de las bandas donde Quero es fijo desde su llegada, Josico y David González previsibles en el centro del campo, ... Lo importante es que de nuevo existen otra vez soluciones en variedad y se amplía el abanico de posibilidades para reanudar el buen paso que se había extraviado.
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