Sergio mete pierna para cortar el avance de Natxo Insa, capitán del Villarreal B. (Foto: Mykel) |
La decisión de Paco Jémez de reubicarle como defensa después de la expulsión de Lequi desveló la versión más sacrificada del gemelo. E, incluso, pisó el área para marcar el gol del primer empate
Fue curiosa y arriesgada la solución que adoptó Paco Jémez cuando a la media hora tuvo que recomponer un once herido por el gol del Villarreal B y por la expulsión posterior de Lequi. No podía ofrecer mayor preocupación el panorama con una hora de partido por delante. Pero el técnico adoptó una variante táctica acorde a su propio carácter: imprevisible. Sergio Suárez cubrió el lateral izquierdo abandonando su posición natural en la banda derecha, Ruymán se trasladó al centro de la defensa junto a David García y Jonathan Viera dejó vacante el puesto de enganche para dirigirse a una de las alas del equipo. En tres movimientos, Jémez solucionó el problema y Las Palmas tuvo la lucidez suficiente como para remontar el marcador adverso. El Villarreal fue el sorprendido porque Las Palmas, con un efectivo menos, restableció posiciones y utilizó el balón para jugar a la contra.
Y fue precisamente Sergio el que empezó a recomponer la situación. En teoría era el futbolista que 'pagaba los platos rotos' de la tarjeta roja recibida por su compañero de la zaga. A Sergio se le había visto hasta el momento actuar como hombre avanzado por la derecha, por la izquierda, en la media punta y en el origen del juego, como pivote constructivo. Pero nunca en la zaga. Sin embargo, Jémez rescató del gemelo un punto de combatividad muchas veces carente en sus participaciones con el equipo amarillo. Sergio se esforzó no sólo en taponar las vías de penetración de su sector ante un conjunto rival muy activo, sino que rompió el dibujo de la pizarra para presentarse en el área en dos oportunidades. Y en una de ellas marcó. ¿Es acaso un lateral ofensivo encubierto?, ¿hay madera en él para extraer otro tipo de rendimiento con una reubicación física y readaptación mental de sus prestaciones?.
FELIPE, GERARDO, PÁEZ, VERONA, ...
No sería el primer caso que, a través de la historia, un futbolista cambia de rol dentro de un colectivo. En la UD Las Palmas se produjeron algunos experimentos que resultaron posteriormente muy productivos. De inmediato, el lector pensará en Felipe Martín, el hombre al que Miguel Muñoz convirtió en defensa central internacional después de sus inicios como delantero. Felipe se transformó y encajó su excelente toque de balón con una visión defensiva basada en la anticipación. E, incluso, se animaba a cruzar el centro del campo con el cuero en los pies para sorprender a los ordenados rivales. Otra metamorfosis similar, en idéntico escenario que Felipe, sufrió Gerardo Miranda, que igualmente alcanzó la internacionalidad absoluta en el lateral derecho a donde había llegado tras abandonar el extremo a la antigua usanza. Pero quizá el jugador moldeable por excelencia del fútbol grancanario en las últimas décadas ha sido Federico Páez, otro delantero que fue progresivamente actuando en diversas posiciones hasta convertirle en una pieza con la que se podría contar para cualquier circunstancia ... salvo la portería. Páez siempre estaba en todas las combinaciones cuando había una baja en el equipo. Fue un futbolista sencillo, útil, pundonoroso y disciplinado. De igual forma, Verona 'el sueco', tuvo una reconversión para acabar su etapa en el equipo como defensa central. En todos ellos hay un factor común: jugadores de ataque convertidos con éxito en defensas.
Sergio pide perdón a los aficionados (por lo de Alcorcón) tras anotar el 1-1. (Foto: Mykel) |
No creemos, sin embargo, que Paco Jémez sea capaz en el futuro de volver a instalar a Sergio Suárez en una de las posiciones defensivas de los costados. Pero a este valor grancanario, que ha venido ofreciendo una irregular contribución en especial en las dos últimas temporadas, no le vendría mal añadir a su carácter el sufrimiento y sacrificio que pudo comprobar en primera persona cuando hubo de ejercer como bombero frente al Villarreal. Ese añadido de responsabilidad puede rescatar otras virtudes que atesora Sergio: físico, técnica e, incluso, un olfato intermitente de gol ... porque aún (desde 2007) no ha encontrado por sus propios medios ese algo intangible que le impide alcanzar su cota límite. Y 24 abriles ya es tiempo suficiente para salir del caparazón.
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