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miércoles, 23 de febrero de 2011

TRONA: "Sufrí muchas luxaciones de hombro, incluso tras marcar un gol en Sabadell" (1)

Trona, en su despacho de distribución de relojes Maurice Lacroix, Viceroy y Sandox. (Foto: MB)
El ex jugador se identifica con el dolor de Jonathan Viera mientras recuerda su etapa profesional entre los grandes de la historia de la UD Las Palmas: "no supe valorar entonces dónde estaba", admite

Aún hoy, pasados casi 37 años de una victoria inolvidable, la ciudadanía para por la calle a Felipe Ojeda (Trona) para hablarle del célebre tanto en blanco y negro a Sadurní, el que batía en el Estadio Insular al Barça de Rinus Michels ... y Johan Cruyff. "¡Qué recuerdos!", admite. "Ese es el gol de mi vida, por la importancia que tuvo en aquel momento y lo que significó en mi carrera. El otro día precisamente lo estuve viendo otra otra vez en casa, porque mi hijo me consiguió un video. Lo vivo igual que entonces, pero yo hice muchas cosas más importantes en el fútbol", apunta.
   El pasado sábado 19 de febrero, en el Estadio de Gran Canaria, sintió un afecto personal con la actuación de Jonathan Viera puesto que el joven canterano participó en el encuentro contra el Villarreal luego de padecer una luxación en su hombro derecho. "Cada vez que veo a un chaval en esta circunstancia se me ponen los pelos de punta. Y me identifico totalmente porque éste fue un problema que yo mismo sufrí en mi trayectoria profesional", confiesa Trona. "Era un lesión que tenía de pequeño, en los dos hombros, pero la padecí especialmente en los terrenos de juego. Los hombros se me descolocan con absoluta facilidad, aún hoy. Me ocurría en los entrenamientos y en los partidos. Sufrí muchas luxaciones; la más curiosa fue una tras marcar un gol en Sabadell, en el instante de rematar a puerta y amoldar mi cuerpo al disparo. No pude seguir en el encuentro. Me he acostumbrado tanto que yo mismo sé reducirlas, con un movimiento brusco así (Trona realiza la prueba agarrándose una muñeca y girando con decisión el brazo). La articulación se sale de su sitio incluso poniéndome una chaqueta", admite. "O durmiendo. Es muy doloroso".
   Recuerda que la primera de sus luxaciones se produjo en la playa, durante unos juegos infantiles con amigos: "Para mí el club cometió un error porque no supo solucionar este asunto de carácter estrictamente médico. Tenía que haberme operado y no condicionar mi juego a este problema, que no era el único físico que padecía". 
  Trona nos descubre otro de sus secretos profesionales. "Un amigo de la infancia, precisamente quien me bautizó con el apodo, me dio un fuerte golpe con la tapa de un caldero en el ojo derecho. Y perdí desde entonces parcialmente la visión. Jugué al fútbol condicionado aunque me acostumbré a vivir así porque la visión la realizaba el ojo sano. En una ocasión estuve con don Jesús García Panasco en Barcelona pasando consulta con el prestigioso oftalmólogo Barraquer. Y entonces me dijo que si me operaba podría recuperar un diez por ciento de la visión. No lo hice, pero hace tres años pasé al fin por el quirófano y recuperé el cincuenta por ciento. Estoy muy contento ... pero de los hombros no me opero a estas alturas. Ni hablar".


"NUNCA ASUMÍ DÓNDE ESTABA"
Trona debutó con veinte años, siete meses y once días en una UD Las Palmas que entonces era uno de los clubes dominantes de las competiciones española. Emergía en una plantilla de jugadores consagrados y asume que algo no llegó funcionar: "Llegué muy joven y, pasados los años, comprendo que nunca asumí realmente dónde estaba. Fue una etapa muy feliz de mi vida pero no sentía esa responsabilidad que se requiere para estar en un equipo de aquellas características. Dejar de jugar durante semanas, ser suplente, no representaba un trauma para mí. Si esta oportunidad me ocurre ahora actuaría de otra manera".
   En esa tropa amarilla de los años sesenta y setenta había para él tres jugadores imprescindibles: "La columna vertebral la integraban Tonono, Guedes y Germán. Estaban muy bien rodeados por futbolistas de la talla de Castellano, Gilberto, Martín, José Juan, ... que hacían un trabajo impagable, como las pillerías de León. Nosotros éramos la cuña en la que se apoyaban aquellos grandes jugadores. Insisto: en aquel momento, por las circunstancias que fueran, no supe valorar con exactitud dónde estaba".

EL MEJOR TRONA
Sin embargo, como algunos otros canarios de la época, en 1976 Trona inició su propia travesía peninsular por el Deportivo de la Coruña, Alavés y Córdoba: "En los dos primeros clubes destaqué con luz propia. Sus aficionados vieron al verdadero Trona. Me amoldé muy rápido al estilo de juego y era yo el que mandaba. Así de claro. Y eso que en el Alavés, por ejemplo, coincidí con gente muy experimentada (entre otros Valdano) y ganaba poco. Hoy comprendo que para haber triunfado en la Unión Deportiva tenía que haberme sacrificado más"

RECUERDOS
EL VENDAJE DEL DOCTOR TOMÉ.  "Para solucionar el problema de los hombros el doctor Tomé me hizo en San Mamés un vendaje especial, de ciclismo, con el que poder actuar y así evitar lesiones. Pero era insoportable: me asfixiaba. Me lo quité tras la primera parte. Así era imposible jugar al fútbol".
"MIL PESETAS EN EL FILIAL ... CUANDO GANÁBAMOS".  "Empecé en el Porteño e Hispania. Y como todo buen isletero pasé por el Artesano. Estuve dos años hasta que me fichó Las Palmas en juveniles. Medía 1.89 y pesaba 74 kilos. Era un jugador distinto: alto y muy delgado. Cuando llegué al primer equipo tenía una prima de 50.000 pesetas y me pagaban la comida en el Restaurante de los Hermanos Betancort, que ya no existe. Y el sueldo era de 4.900 pesetas. En el aficionado nos pagaban mil pesetas .... cuando ganábamos un partido".
"ME QUISIERON COMPARAR CON GUEDES".  "Al principio me comparaban con Guedes pero no tenía nada que ver con aquel jugador. Él tenía un rol muy definido en el equipo después de tantos años, con una personalidad muy estimada y un pase a distancia. Yo también era técnico pero me faltaba el fútbol, el oficio o el carácter que él había desarrollado".



"EN LA PENÍNSULA VALORABAN POCO A LOS CANARIOS".  "Me ofrecieron un millón de pesetas en el Alavés y pensé que era una buena cantidad, pero allí me di cuenta lo mal que valoraban a los canarios porque cualquier otro jugador de la plantilla ganaba cinco millones como mínimo. Entonces no existían los representantes..."
Betancort, Estévez, Tonono (capitán), Hernández, Castellano y Trona. Agachados: León, Gilberto II, Soto, Germán y Miguel Ángel. Este es el equipo ganó 4-0 al Torino, en la Copa de la UEFA 1972-73. También actuaría como relevo Carmelín, fallecido la pasada semana a los 58 años. (UD Las Palmas)
SEGUNDA PARTE DE LA ENTREVISTA: JUEVES 24 (10.30 HORAS)

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