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Paco Jémez, emocionado, abandona el Estadio de Gran Canaria. (Foto Mykel) |
Varias fotos de prensa publicadas de manera conjunta en 1998 reflejaron el peaje que a título personal había pagado Mariano García Remón en su paso como entrenador de la UD Las Palmas. Descubrían la pérdida de peso del Gato de Odessa desde su llegada hasta casi el ecuador de una campaña en la que el equipo amarillo optaba al ascenso. 170 encuentros en Primera División en la portería del Real Madrid, dos más con la selección absoluta y tantos logros personales no hicieron anchas sus espaldas en Gran Canaria porque el contexto que rodeaba a la UD Las Palmas pudo con el ánimo del técnico madrileño, al que afectó incluso en el apetito. No logró el ascenso, lo tocó con los dedos, y se fue con cicatrices por la tortura personal vivida en la Isla. No le blindó tampoco la exhibición futbolística que realizaron los jugadores que estuvieron a sus órdenes. Su caso no es el único pero ha sido uno de los más llamativos, junto al de Sergio Kresic quien en 2000 leyó incluso un manifiesto de rebeldía, porque ni en tiempos de cierta bonanza deportiva encontró tranquilidad. Incluso, Yosu Uribe, el último entrenador que ha completado una temporada de principio a fin en el club, pasó por momentos muy delicados en el interior del vestuario del Insular que los hicieron llevaderos los sabios consejos de su fiel Verona.
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Jémez, oculto por los jugadores que le animan tras el
gol de Javi Guerrero (Foto: Mykel) |
¿Qué tiene el banquillo del club grancanario?. Paco Jémez es un personaje deportivo que ha vivido duras batallas en la máxima categoría y en el equipo nacional: 269 encuentros en Primera y 21 presencias en la selección. Habrá conocido partidos de máxima responsabilidad, heridas de críticas, sinsabores y premios. Pero verle este sábado afectado hasta el punto de no tener control de sus lágrimas nos invita a reflexionar sobre la salud contextual que rodea al propio equipo y a sus gestores. Jémez no pudo contenerse tras una semana en la que trató de disimular la tensión tan acumulada y que explotó una vez acabado el encuentro contra el Villarreal. Pero, como él mismo dijo, la reacción del aficionado expresando su calor al equipo puede ser la prueba evidente de que a mucha gente "no se le puede engañar constantemente".
AQUÍ el video de Mykel durante la rueda de prensa: JÉMEZ NO CONTROLA SUS EMOCIONES
Han sido las lágrimas de un entrenador que es osado, que aceptó el reto de administrar un equipo con muchas caras nuevas que no tenían experiencia en la Segunda División. Que en el primer tercio de la Liga fue el conjunto que deslumbró por su 'salero' futbolístico, por su profundidad, atrevimiento e innovaciones en una categoría cicatera. Fue el técnico también que ha dado alternativa a seis debuts de cantera y ha afianzado a tres jugadores más que no tenían tradición en la Unión Deportiva. Vinieron vientos de popa y, por las circunstancias que fueran, ahora el equipo no ha encontrado el rumbo. Hay mucho que corregir en la UD Las Palmas pero debería hacerse desde un ambiente ajeno al fanatismo y dotado de respeto y unión. Los proyectos en el deporte profesional lo consolidan los resultados, eso siempre será así; pero también llevan intrínsecos ejercicios de fidelidad que son realmente sólidos en los malos momentos. Jémez ha esquivado una bala, pero le esperan más. Sus trincheras en realidad no son suyas: en ellas a quien han metido es a la propia entidad.
PD: Guerrero también lloró ... (oportunísimo el fotógrafo Mykel)
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