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viernes, 3 de diciembre de 2010

JÉMEZ RELACIONA LA LESIÓN DE RANDY CON EL ESTADO DEL CÉSPED

Paco Jémez es un libro abierto. Acude a las ruedas de prensa a pecho descubierto, diáfano, hablando a veces demasiado claro y sin esquivar la responsabilidad ni ocultar sus contrariedades, cuando las hay. Hoy exhibió su desencanto por el estado del césped del Estadio de Gran Canaria y llegó a relacionar la delicada lesión del delantero Randy (operado de una clavícula fracturada en un entrenamiento) con los últimos trabajos realizados por los operarios sobre el verde del recinto de juego. "Nos está faltando comunicación", dijo. "No podemos llegar a una situación en que nuestro trabajo y el de ellos estén enfrentados. A la hora de hacer su labor no pueden estar fastidiando constantemente la nuestra (...) Si el campo hubiera estado en las condiciones que debía, Randy no se hubiera trabado y no se hubiera roto la clavícula", sentenció el técnico. La siembra de una nueva semilla para el invierno habría modificado una vez más la textura de la superficie donde juegan los amarillos. Parecía que el 'asunto césped' estaba olvidado, después de la intervención del Instituto Insular de Deportes, pero de nuevo reaparece cuando el equipo ha perdido a otro de sus efectivos y presenta una enfermería colapsada. 
    En un deporte donde ya se estudia de forma exhaustiva todos los mínimos detalles de los conjuntos rivales resulta muy llamativo que la UD Las Palmas tenga este tipo de cabos sueltos, obligándose a asumir el factor-riesgo. La misma queja pero de forma más intensa la conocimos la pasada temporada, con Sergio Kresic al mando. El césped no fue un aliado y puso el signo de la resta a las actuaciones de la UD Las Palmas cuando parecía que iba a engancharse a los vagones de alta velocidad de la categoría. La contundencia de Jémez ahora es lógica aunque estas cosas es mejor resolverlas a puerta cerrada o negociarlas con el diálogo y la comprensión.

ALVARO Y EL INSULAR.
  A Randy le va a servir de poco y a los intereses de la UD también. Lo que ha dicho Jémez no es un pataleo descabellado. Una superficie descuidada, que no permita el bote adecuado del balón o que el correcto anclaje de los tacos de las botas puede ser una amenaza para la salud de los deportistas. El Estadio Insular ya tuvo este problema durante algunas etapas y a causa del mal estado de su césped fue noticia en el invierno de 1996 por la gravísima lesión que sufrió allí una de las promesas del fútbol español: el madridista Álvaro Benito. Se disputaba un encuentro de rango internacional Sub'21 entre españoles y checos. En una acción próxima a la grada Curva, Benito intentó hacer un dribling a un rival pero sus tacos quedaron enredados en las raíces de un césped impropio para la práctica del fútbol. Sufrió la conocida 'triada' (rotura de ligamenos y menisco) y en un segundo se acabó una prometedora carrera profesional que luego, en el devenir de los acontecimientos, se volcó en el mundo de la música.
   Lo que ha hecho Jémez con sus declaraciones es emitir un aviso a navegantes, porque conoce bien lo que ocurrió la pasada temporada. Su lamento es el del jefe de un colectivo al que parece haberle mirado un tuerto. Otro le esperaba en el Aeropuerto de Barajas por la tarde ...

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