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domingo, 12 de diciembre de 2010

JÉMEZ ELIGE LA SINCERIDAD

El entrenador de la UD Las Palmas otea  negros nubarrones en el porvenir si su equipo mantiene la falta de intensidad defensiva de las últimas jornadas


Si algo distingue a Paco Jémez como director de un colectivo es que se trata de un espíritu libre, un hombre abierto de par en par que no huye de las brasas. Dice lo que piensa sin cortapisas. Su intervención postpartido, tras la andanada recibida por parte del Xerez, fue una exhibición de sinceridad que deja frases dignas de guardar o analizar con la serenidad que merece un proyecto con tantas incógnitas como el actual. Resumiremos las más llamativas: "Encajamos muchos goles y, salvo que metamos 60 o 65 (en el transcurso del campeonato) lo vamos a pasar mal" (...), "seguimos sin mejorar en defensa" (...), "encajamos goles con demasiada facilidad porque nuestra intensidad defensiva no es ni siquiera regular" (...), "el máximo responsable soy yo porque esto es 'entrenable', pero si seguimos así no tendremos opciones de nada" (...), "quizá se ha cogido mal el mensaje porque sólo nos preocupamos cuando tenemos el balón" (...),  "como no presionemos somos un equipo normal y muchos rivales no van a pasar por encima, no sólo el Xerez" (...), "se nos están yendo las posibilidades de estar allá arriba, que sabíamos que era difícil, pero es que si seguimos así nos veremos inmersos en un lío que no tendríamos necesidad" (...) y de esta forma hasta más de cinco minutos emitiendo una autocrítica que debería convertirse en el primer paso para la reacción.

(Audio de la mencionada rueda de prensa: http://www.udlaspalmas.es/admin/upload/tbrowser/files/10-12-11_jemez.mp3 )

El entrenador de la UD tuvo que cambiar su discurso en 24 horas, tras comprobar la realidad de un equipo que está yendo en claro receso. Sirvan dos datos: Las Palmas acumula doce jornadas de manera consecutiva sin dejar su portería a cero y ha encadenado sus dos primeros partidos sin marcar. La combinación de estos dos registros es el peor mensaje que puede emitir, pero bueno es que el técnico amarillo asuma la existencia de estos defectos y la necesidad innegociable de su corrección. De ahí que el viernes valorase que "no sólo debemos ganar, sino dar el espectáculo" para posteriormente llegar a las duras conclusiones del sábado tras el primer traspié en el Estadio de Gran Canaria.
Y es que la clasificación no miente y concede a cada uno el papel que tiene en esta obra. Hace tiempo subrayábamos que, a pesar del 'jogo bonito' de los amarillos, existía un déficit por las abundantes concesiones defensivas que, lejos de cesar, han ido en aumento. Los técnicos rivales han observado bien las evoluciones de Jonathan Viera y compañía porque, como al propio virus, siempre se le encuentra un antídoto. Las lesiones y sanciones han ido haciendo el resto porque el equipo que inició la temporada se ha ido desconfigurando a medida que han pasado las jornadas. Incluso la inexperiencia es un factor añadido que ejerce con el signo de la resta. La UD de la jornada decimosexta está distante de la que comenzó el campeonato contra el Nástic, eso es también innegable.
Nos agrada que Paco Jémez sea el primero en acudir al espejo a exhibir sus propios pensamientos. Hasta aquí, recibe incluso la ovación. Pero ahora debe analizar de puertas hacia adentro las soluciones que ha de aplicar para que sus negros vaticinios no se cumplan. La afición grancanaria aplaudirá el fútbol valiente con el que se ha empezado la temporada, pero también que encuentre fórmulas para protegerlo y que vuelva a la senda de la progresión.  Los que ensalzaron al equipo en los albores de la temporada deben mantener la coherencia ahora que pitan bastos. Hace unas jornadas el técnico insinuó incluso la posibilidad de un cambio de sistema o de movimiento de piezas. En sus manos está el sacar la varita mágica para recuperar el balón y el crédito que, por primera vez, está cuestionado. Estamos, pues, a las puertas de un parón deportivo y de cambios inaplazables. Sin prisas, sin pausas; porque en el fútbol el espectáculo (que más gusta) es ganar.

PD. "El valor es hijo de la prudencia, no de la temeridad" (Calderón de la Barca).
Pedro Vega centra el balón durante el encuentro frente al Xerez. (Foto: Raúl Blangette)



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