El avance económico del club tras 18 años es ridículo: el presupuesto del ejercicio 1992-93 era de tres millones y el actual es de 8.5 millones, pero tres de ellos se emplean en obligaciones del proceso concursal
Nos centramos en analizar un mensaje pronunciado esta semana por el presidente de la UD Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, a consecuencia de sus declaraciones relacionadas sobre el proyecto presentado por la entidad al Cabildo, que tiene como objetivo darle viabilidad futura a su economía. Ramírez dijo que si esta propuesta no ve vía libre por parte de la corporación, el club amarillo seguiría anclado en el mismo modelo que tenía cuando se produjo la fusión y su génesis hace sesenta y dos años. Es, sin duda, una exageración la pronunciada por el titular del consejo, pero sus palabras tienen sentido cuando revisamos lo que ha ocurrido en los últimos ejercicios, especialmente desde que la entidad se convirtió en sociedad anónima deportiva.
Revisar los números de un club de fútbol del calado de la Unión Deportiva Las Palmas puede requerir el tomar biodramina para evitar la mareante sensación que producen los vaivenes económicos, especialmente cuando tras largas temporadas de confusa contabilidad en el Juzgado de lo Mercantil se llegó a la conclusión de que la SAD tenía 72 millones de euros impagados, una losa de cemento lo suficientemente grande como para sepultarla para siempre. Pero, aparquemos este punto tan oscuro de su pasado ahora que la entidad ya podría estar próxima a salir de manera definitiva de la Ley Concursal. No le falta razón a Ramírez cuando ofrece la necesidad de un cambio absoluto de modelo económico de un club profesional tan arraigado como es el amarillo. El dato que ofrecemos es concluyente: el avance presupuestario real entre la primera temporada del club como sociedad anónima deportiva y la que se ofrece ahora es de apenas dos millones y medio de euros. Ese es el crecimiento desde junio de 1992 hasta abril de 2011.
3 MILLONES EN 1992-93
3 MILLONES EN 1992-93
Rescatamos de nuestros archivos un reportaje de As en el que Luis Sicilia, entonces presidente, se regocijaba por el calor popular de los doce mil accionistas que cubrieron los 658.350.000 pesetas del capital social (con el principal aporte económico del Cabildo de Gran Canaria) y la confección de un potente equipo plagado de canteranos que intentaba salir de la Segunda División B. Y ya avanzaba el entonces presidente un desfase presupuestario de 170 millones de las antiguas pesetas, con rémoras aún del pasado inmediato. Con este presupuesto de 500 millones de pesetas (tres millones de euros) el club empezó su cuatrienio en la división de bronce.
La UD Las Palmas actual acusa la grave crisis económica con una reducción en sus presupuestos, aprobados en el pasado mes de enero, que se fijó en 8.566.000 euros, por debajo de los 9.138.438 de la pasada temporada (donde además se registró un déficit -ya cubierto- de 1.225.219 euros). De esos 8.5 millones, como sabe, tres millones son obligaciones asumidas del propio proceso concursal. Económicamente el avance es ridículo casi dos décadas después pero el club sigue anclado en los mismos problemas de entonces, con idénticas infraestructuras deportivas y sociales. Lo que no ha cambiado es el cariño popular hacia una entidad a la que se le exige el objetivo más importante que pueda estar en su periscopio.
18 MILLONES DE DÉFICIT, PRECIO DEL ÚLTIMO ASCENSO
La Primera División tiene varios trayectos. El elegido en el último ascenso dejó los siguientes datos: unos gatos totales de 4.919.144.000 pesetas (29,5 millones de euros) a pesar de que la temporada 1999-00 se inició con un presupuesto de 1.831.899.000 pesetas (11,1 millones de euros). El precio del ascenso generó 18 millones de euros de desfase en números rojos. Este, sin duda, no puede volver a ser el camino: está prohibido.
El consejo actual, tras seis años largos de gestión, entiende que ha llegado la hora de dar el salto definitivo. La maquinaria de la Unión Deportiva es ahora muy distinta a la conocida en etapas anteriores a la era Ramírez y nada digamos en relación a la de 1992. Los motores de la entidad (tanto el deportivo como el administrativo) tienen mayor cilindrada y están claramente diferenciados. El crecimiento empresarial de la UD no guarda proporcionalidad a las infraestructuras de antaño. La autofinanciación es el horizonte deseado y ese es el motivo por el que el club se ha puesto manos a la obra con los proyectos presentados al Cabildo. Califica como "prioritario" este asalto hacia un futuro al que otros ya han llegado.
18 MILLONES DE DÉFICIT, PRECIO DEL ÚLTIMO ASCENSO
La Primera División tiene varios trayectos. El elegido en el último ascenso dejó los siguientes datos: unos gatos totales de 4.919.144.000 pesetas (29,5 millones de euros) a pesar de que la temporada 1999-00 se inició con un presupuesto de 1.831.899.000 pesetas (11,1 millones de euros). El precio del ascenso generó 18 millones de euros de desfase en números rojos. Este, sin duda, no puede volver a ser el camino: está prohibido.
El consejo actual, tras seis años largos de gestión, entiende que ha llegado la hora de dar el salto definitivo. La maquinaria de la Unión Deportiva es ahora muy distinta a la conocida en etapas anteriores a la era Ramírez y nada digamos en relación a la de 1992. Los motores de la entidad (tanto el deportivo como el administrativo) tienen mayor cilindrada y están claramente diferenciados. El crecimiento empresarial de la UD no guarda proporcionalidad a las infraestructuras de antaño. La autofinanciación es el horizonte deseado y ese es el motivo por el que el club se ha puesto manos a la obra con los proyectos presentados al Cabildo. Califica como "prioritario" este asalto hacia un futuro al que otros ya han llegado.
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