Sólo un error de Barbosa empaña la solidez defensiva de los amarillos, que disolvieron en Montilivi el buen momento del Girona
La UD Las Palmas ratificó en Gerona su positiva metamorfosis, la que le ha convertido de un conjunto frágil y carente de estímulos a un equipo competitivo que, de haber tenido calendario suficiente por delante, conocería un nuevo horizonte más allá de la permanencia que se está conquistando brazada a brazada. La prueba frente al conjunto catalán deja un apunte sobresaliente: los nuevos conceptos vertidos por Juan Manuel han transformado el peor defecto de la era Jémez (la vulnerabilidad defensiva) en la mayor virtud de las recientes actuaciones grancanarias. El temido Girona sólo creó peligro cuando un error de cálculo en el despeje de Barbosa lo aprovechó astuto Peragón, para poner a su equipo por delante en la ejecución de un gol impropio en la categoría profesional. Fue ésta la única licencia concedida por los amarillos a su rival porque el resto del encuentro fue un querer local que tropezaba en la sólida muralla amarilla.
Esa parte del examen la aprobó Las Palmas con nota elevada: los zagueros se coordinaron rayando la perfección, muy metidos en el juego en torno a las voces de mando de Lequi y David García; mientras los laterales Aythami y Ruymán cuajaron una labor sin sobresaltos, deshaciendo iniciativas de uno de los conjuntos más efectivos cuando actúan como local. El apoyo de Vicente Gómez y Pollo y la combatividad del resto completó el trabajo.
Lequi, en una imagen de archivo: ofreció un labor muy completa. (Foto: Mykel) |
Salvo ese grave error de Barbosa, Las Palmas disfrutó de otra plácida tarde de fútbol alejándose de la tormenta que se vive en la zona baja de la clasificación. El empate llegó pronto, tras resolver con habilidad Javi Guerrero un avance en el área, y el partido quedó abierto para quien tuviera las ideas más claras. Si bien se ha de considerar como justo el empate, fue Las Palmas quien más próximo estuvo de la victoria. El único 'pero' aplicable al encuentro es no haber aprovechado la superioridad numérica cuando Moha fue expulsado. El Girona también se replegó para no recibir la puntilla y apeló a la ausencia de puntería canaria en las diversas ocasiones en que el balón merodeó la portería de Santamaría.
No se recordará este Girona-Las Palmas por las excelencias futbolísticas de ambos (individuales o colectivas), pero sí consuela comprobar que el último mes de competición no será para la afición grancanaria como en año anteriores. Y, cómo no, crece la idea de que en este proyecto no hay dependencias exclusivas de talentos formados o en formación ... otro mérito más que añadir al nuevo entrenador.
Muy buena critica.Se pudo haber hecho mas...pero eso no quita ni empaña todas las virtudes industriales y marciales de este equipo de Rodriguez.
ResponderEliminarC.Cardenes