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sábado, 23 de abril de 2011

EL RAYO SE ESMERA PARA ENCONTRAR EL TUÉTANO

Las Palmas fue un hueso resistente que sólo cedió en la segunda parte al empuje de un equipo líder

Llegó la segunda derrota de la era Juan Manuel. La de esta vez fue una manera diferente de perder un encuentro en relación a lo que  había sucedido anteriormente en Sevilla, frente a otro de los comandantes de la clasificación: el Betis. Las Palmas fue un hueso en el que se entretuvo el Rayo Vallecano hasta encontrar el tuétano y poderlo saborear cuando el partido moría. Porque todo lo que encontró esta tarde el conjunto madrileño fue a un rival bien plantado en el terreno de juego, empujando con sus codos y haciéndoles sentir que no iba a encontrar un premio fácil. El 2-0, sin embargo, no refleja con exactitud lo acontecido en el estadio de Vallecas, un castigo excesivo para el trabajo realizado por el equipo canario y para las ocasiones generadas por ambos. Aunque en buena lógica podría compartirse la idea de la derrota canaria como resultado meritorio en el choque.
   Las Palmas se ha convertido en un equipo sumamente competitivo. Cierra espacios, es difícil encontrar huecos tras su línea de centrales y se arropa bien en las jugadas de estrategia adversaria. Pero este esfuerzo colectivo sufre el sacrificio de una menor libertad a la hora de cruzar el campo porque en ataque los amarillos estuvieron muy limitados en esta ocasión, más que en otros precedentes. Aún con ello, Pedro Vega puso a prueba en un par de oportunidades al meta Dani Jiménez. E incluso fue el conjunto visitante el primero en acariciar el gol, con un extraordinario libre directo del zurdo de San Mateo que salvó con un guantazo a la escuadra el portero local.
      Había mucha brega en todas las parcelas del campo y apenas lucidez para los metros finales. El partido fue cambiando, sin embargo, a medida que avanzaban los minutos. El colegiado vasco Segués pudo condicionarlo con un penalti riguroso a los 56 minutos, que salvó Barbosa en el lanzamiento de Aganzo. La insistencia local encontró premio diez minutos después cuando, tras centro de Armenteros, Aganzo arregló el encuentro con un buen testarazo marca de la casa. 
      A partir de entonces fue cuando se conocieron las limitaciones de la UD Las Palmas ante un cualificado oponente. Los cambios que introdujo Juan Manuel no variaron la capacidad de generar juego a ras de suelo de los amarillos. El Rayo fue quien se atrincheró para conservar la mínima renta y sólo en un mal cálculo del meta Dani pudo llegar el empate, en un cabezazo de espaldas de Quiroga. Porque esta vez la artillería canaria se atascó. Pero no Delibasic que, con el descabello en la mano, puso el dos a cero y aceleró el camino del Rayo hacia la Primera División. El de Las Palmas seguirá transitando en la tranquilidad, por ahora.

1 comentario:

  1. Dimos la cara en todo momento ..
    animo equipo que estaremos con ustedes en el Gran Canaria el sabado

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