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sábado, 29 de enero de 2011

PARTIDO MALO; EMPATE BUENO


El equipo de Jémez comenzó a tejer la telaraña con la que pretende proteger su continuidad en la Segunda División. Tuvo orden, fue combativo y práctico cuando el Nástic cedió el mando



Si pusiéramos en una balanza las cualidades del juego desarrollado por la UD Las Palmas en Tarragona y el valor del punto conquistado frente al Gimnástic, el peso de lo segundo claramente ganaría argumentos en cualquier análisis que se ausente del fanatismo. Los amarillos no practicaron el fútbol que obliga a buscar en el diccionario todos los sinónimos de la palabra 'brillante' pero, con el viejo estilo de la Segunda División, el equipo de Jémez comenzó a tejer en el Nou Estadi la telaraña con la que pretende protegerse en la recta final del campeonato, para desactivar el estado de alerta que había generado su pésima reciente andadura en la Liga. Olvida el fútbol de toque, el de mando en el campo con las combinaciones a ras de suelo, para actuar de una manera práctica donde impera la concentración defensiva y la intensidad en la brega. Y, por fin, Barbosa regresa del trabajo con la tranquilidad de que entre él y sus compañeros de retaguardia esta vez no se no ha permitido que el agujero negro del proyecto siguiera creciendo. El 'cero' en su portería es un regocijo para la vista y la mejor tarjeta de presentación en el debut del experto central Matías Lequi.

'ROPE-A-DOPE'
La UD tuvo dos caras diferentes en Tarragona, con dos fases totalmente distintas. Emuló de alguna forma el célebre combate de Cassius Clay frente a George Foreman, la conocida táctica de Alí denominada 'rope-a-dope', que consistía en protegerse contra las cuerdas desgastando a su enemigo para, posteriormente, sacar el guante y proyectar el golpe definitivo. Las Palmas se defendió con orden y sosiego en los iniciales 45 minutos, eso sí maltratando al balón. Dejó que su rival se desgastara contra la muralla de color amarillo y se comprobó entonces que sigue en proyección la mejoría en la retaguardia grancanaria, pasando algunos apuros ante Nástic que, sin embargo, no encontraba la zona de remate. Y, cuando lo hizo, estuvo atento Barbosa para rechazar algunos balones profundos que llegaron a sus dominios bajo la coordinación de un activo Morán, el mejor en el campo.
QUIROGA EN LA 'FOTO FINISH'
Pero cuando el Nástic perdió gas y, posiblemente notó la ansiedad del que está en alta mar agarrado a un salvavidas, apareció un adversario con más intención que pudo coronar su labor con una victoria. Sergio y David González le dieron mayor mordiente en el intento de alcanzar el tiro de gracia al partido. Las Palmas se desvistió entonces, dejó el pelotazo desde línea de zagueros, avanzó metros,  tocó el balón, combinó como sabe ... y llegó a encontrar hasta tres veces a Quiroga, letal como siempre en los últimos minutos. El argentino tanteó otra vez la gloria, como en el Heliodoro, pero sus remates a bocajarro no resultaron ganadores, entre otras cosas porque el portero Rubén Pérez realizó una felina tapada a 'lo casillas' cuando el gol estaba en boca de todos los jugadores canarios.
Paco Jémez (foto: Mykel)
Y así es como la UD regresa de su primer desplazamiento en la segunda vuelta: con la cabeza alta tras superar dos compromisos muy peligrosos ante rivales directos (el punto de hoy lo revaloriza el 3-2 de la ida en caso de empate final con el Nástic) y con la moral 'in crescendo' porque el panorama tiene otra pinta; aunque de fútbol arte nos obligamos a hablar en otro momento ...


JEMEZ: "La primera parte horrible"
Generoso, como siempre en sus manifestaciones, Paco Jémez calificó el primer tiempo de la UD en Tarragona como "horrible, el peor primer periodo desde que estoy en el equipo", pero en la segunda mitad valoró que "he visto la Unión Deportiva que quería ver". De igual forma destacó la actuación de Sergio Suárez, del que dijo que su labor ante el Nástic es la que pretende que ofrezca en el equipo.

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