Quiroga se abraza a su compatriota Barbosa, tras el gol al CD Tenerife (Foto: MYKEL) |
Las Palmas pasó con nota desde medio campo hacia los dominios de Barbosa el arriesgado examen del Heliodoro. Anuló a un Tenerife que navega rumbo desconocido, sin brújula y con la moral seriamente tocada. Pero, de momento, no hay dos días sin nubes en el proyecto amarillo actual. La preocupación se traslada ahora hacia el sector más creativo del equipo, porque se aprecia una aguda decaída imaginativa de sus arquitectos. David González y Jonathan Viera, los jugadores que debían fabricar el pase definitivo, naufragaron una jornada más. Se quedaron sin cintura, sin visión y no supieron resolver marcajes estrechos y agresivos. El peso del juego está en sus botas pero ahora no tienen la chispa del primer tramo de la competición.
Hasta cierto punto es normal que ambos acusen las secuelas de siete semanas sin ganar partidos pero, de igual forma, ha descubierto Paco Jémez una fórmula-recurso para aplicar como 'plan B' en los partidos: la aparición del argentino Mauro Quiroga es una bendición para el juego directo, el tradicional de muchos equipos militantes en esta categoría. El espigado ariete es demoledor en el tramo final de los encuentros, metiendo cuerpo, hostigando y buscando balones en el área que tengan intención. Encarriló así el partido contra el Rayo y su concurso metió algo más que miedo al Tenerife. Porque tiene gol ... Quiroga es una bendición (por cierto, otro jugador joven captado a coste cero) que atesora mucho provecho y que, de momento, sólo proporciona alegrías. Si se retirara hoy del fútbol la historia le recordaría como el delantero más efectivo que ha vestido la camiseta de la UD Las Palmas: 48 minutos en Liga, dos tantos. Por eso Jémez tendrá que revisar bien sus apuntes por si el 'plan B', tal y como están las cosas, gana enteros para tener en el futuro inmediato prioridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario