Considera que en el fútbol actual es inimaginable que un club modesto pueda repetir lo realizado por la entidad grancanaria en los años setenta: captar cuatro internacionales albicelestes
Considera que en el fútbol actual es inimaginable que un club modesto pueda repetir lo realizado por la entidad grancanaria en los años setenta: captar cuatro internacionales albicelestes
Daniel Carnevali fue nieto de emigrantes italianos (de Sicilia y Calabria) que se establecieron en la ciudad de Rosario. Siete décadas después era él quien hacía las maletas para viajar al Viejo Continente e instalarse en Canarias, donde aún reside y disfruta de la doble nacionalidad. Se siente orgulloso de la aportación que sus compatriotas y él mismo ofrecieron en la etapa dorada de la UD Las Palmas, en los años setenta: “Todos los argentinos rendimos a un gran nivel. Morete, a pesar de que tardó en marcar su primer tanto, luego fue un delantero rentable. Wolff fue un jugador polivalente, muy técnico y competitivo. Y Brindisi cubrió la marcha de un futbolista tan importante como había sido Germán Dévora. Tomó el mando con autoridad. Las Palmas tuvo muy buena vista para fichar a cuatro internacionales argentinos de aquel momento. Marcamos una época y hoy es algo inimaginable que vuelva a ocurrir una cosa así por la carestía del mercado. Lo que hicieron los directivos de Las Palmas fue un éxito”.
Su Everest profesional fue participar con la selección albiceleste en el Campeonato del Mundo de 1974, en Alemania, donde el resultado fue frustrante para Argentina: “soy de los que piensan que la selección de 1974 llegó al Mundial con más nombre que la del 78, equipo que sí alcanzó el título. Kempes, Wolff, Brindisi, Yazalde, Perfumo, Ayala, … Había grandes individualidades pero la preparación del combinado no fue la correcta. Los que estábamos en otras ligas llegamos tarde a la concentración y desde el principio se generó una división interna. Había calidad para haber hecho un mejor papel en el campeonato pero el grupo estaba fraccionado”.
Carnevali señala la imagen de "mi mejor parada" |
"SOY DE ROSARIO CENTRAL"
Carnevali es un argentino atípico. No se adhiere a la división nacional o universal de ser de Boca o de River: “para nada. No siento simpatía alguna por los equipos de la capital. Yo soy de Central, aunque confieso que si tengo que identificarme con alguien sería con la pasión de Boca, me gusta más”. Esa misma energía la encontraba en el Estadio Insular, donde actuó como profesional de la UD Las Palmas, pero entiende que no debe existir polémica alguna con el asunto de las pistas de atletismo del Estadio de Gran Canaria: “nosotros vivimos la euforia que se respiraba en cada partido del Insular. Pero en el fútbol no hay una relación directa entre jugar bien y sentirse arropado. En el Estadio de Gran Canaria se han reunido esta temporada 23.000 personas porque el equipo llamaba a la afición jugando bien. Por el estilo que tiene la Unión Deportiva le beneficia, además, un campo grande y abierto. Esa polémica no vale. River fue campeón muchas veces en el mismo estadio con pistas donde ahora su juego está en crisis”.
PACIENCIA Y CONTINUIDAD
De la nueva hornada de jugadores canarios, liderada por Jonathan Viera, espera una producción a medio plazo porque “para alcanzar la Primera División hay que tener paciencia y dar continuidad a los proyectos. Estos chicos juegan bien al fútbol y mantienen un estilo que todo el mundo valora. Pero el club ha logrado recuperar este año también el arraigo de los jugadores isleños. Es decir: hasta hace algunas temporadas, el objetivo de la cantera era marcharse a otros equipos y ahora el objetivo primario de los jugadores es llegar y también consolidarse con la camiseta amarilla. La apuesta por la cantera del club es importante aunque también arriesgada. Por eso entiendo que el criterio debe mantenerse a pesar de las dificultades que se encuentran en el camino”.
RECUERDOS
Carnevali, en una pose para la entrevista |
"TIERRA, TRÁGAME". "Tengo un mal recuerdo de un partido en el estadio de Boca, con Chacarita. Rechacé a una mano un disparo y el balón subió quince metros de altura y cayó en vertical hacia el larguero. Yo intenté de nuevo golpearlo para mandarlo al córner con tan mala fortuna que calculé mal el salto y me quedé enganchado con el balón y la madera. Seguí cayendo y lo que hice fue empujar la pelota hacia mi portería. Fue un gol curioso pero no cambió el partido. Perdimos 4-1".
MESSI, MARADONA Y BOCHINI. "Por este orden: Messi, Maradona y Bochini, los mejores jugadores. Además me encanta la humildad y sencillez de Messi. Es un ejemplo a seguir en todos los conceptos, como deportista y como persona".
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