 |
| José Manuel León |
Colaboración de JOSÉ MANUEL LEÓN *
Recuerdo con gratitud cuando en la primera jornada de la temporada 1968-69 tuvimos que ir a jugar al Heliodoro Rodríguez López por el cierre disciplinario del Estadio Insular. Fue el año del subcampeonato y la afición del Club Deportivo Tenerife tuvo un comportamiento espectacular con la Unión Deportiva Las Palmas, llenando los graderíos en nuestro apoyo. Le dimos un meneo al Atlético de Madrid, ganamos por 2-1 -goles de Gilberto II y el segundo mío- y salimos de Santa Cruz como si hubiéramos actuado en casa. Esa imagen es imborrable para un futbolista profesional, el sentirse querido por la afición del eterno rival que aquel día se vistió de amarillo. Derrotar al Atlético de Irureta, Ufarte, Luis, Adelardo, Gárate y compañía no era fácil, pero todo fue factible por el calor que sentimos y que nos metió en el carril de una gran temporada en la que estuvimos cerca del título. El público tinerfeño gozó también con nuestro juego de toque.
Ese agasajo popular no lo ha vuelto a encontrar más la UD Las Palmas en la isla vecina, lógicamente. Y menos ahora que los intereses están muy enfrentados y nos llega un derbi que nunca imaginábamos que iba a producirse en estas circunstancias, con tantas necesidades de los dos equipos. El Tenerife, sin embargo, parte como teórico favorito porque tiene a su favor el factor campo. Y es quien realmente necesita ganar este partido porque a Las Palmas, con un empate, puede servirle como buen resultado para el futuro. La urgencia del equipo local puede ser un impulso o una tenaza, porque su inexplicable dinámica de resultados está paralizando las piernas de los futbolistas. Hablamos de una de las mejores plantillas de la categoría, que en teoría debería estar luchando por la zona alta de la clasificación. Y esa ansiedad es también la ventaja de la Unión Deportiva: el tener paciencia y esperar que minuto a minuto la moral del eterno adversario comience a resquebrajarse. como ya ha ocurrido esta temporada en otros encuentros.
No creo que el escenario, sin embargo, pueda afectar al rendimiento de los futbolistas visitantes. Al contrario: por experiencia opino que los buenos jugadores se vienen arriba en situaciones ambientales adversas. En nuestra época pasaba así. Hace unos días, Juan Luis comentó en este mismo blog el episodio de la histórica primera victoria de la UD Las Palmas en Santa Cruz, dentro de la Segunda División. En aquella jornada todo parecía que estaba en nuestra contra y, además, sufrimos marcajes muy severos. A mí me cuidó Felipe, que era hijo del masajista del club, y en una de las ocasiones en que fui objeto de una dura entrada me llegaron a retirar del campo arrastrándome, tras agarrarme por una pierna. El árbitro nada dijo. Con Felipe, más tarde, guardé una buena amistad cuando durante unos meses fui jugador tinerfeño (era mejor tenerle como amigo ...). Sin embargo, en aquel derbi la clave fue que no perdimos la tranquilidad, jugamos con nuestras armas y acabamos venciendo. Y eso es lo que necesita para esta ocasión la tropa de Paco Jémez: calma y puntería.
Grande Mamé León!!!, que pena ese título escapado. Por esa historia gloriosa, esos grandes jugadores del pasado y del presente y, sobre todo, por esta gran afición, el Domingo, demostraremos quién es el Rey de Canarias.
ResponderEliminarARRIBA D´ELLOS!!!