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domingo, 23 de enero de 2011

EL DERBI DEL MIEDO

Colaboración de TINO LUIS CABRERA*
Llegaba el derbi con los dos equipos en puestos de descenso, en un mal momento tanto físico, técnico, táctico para ambos mientras los aficionados y periodistas hablaban de un partido dramático. Me preguntaba quién de los dos perdería identidad táctica en su filosofía de juego. Me sorprendió Mandiá con la inclusión de un central Pablo Sicilia en la línea medular. Nunca en mis enfrentamientos contra él le vi tomar este tipo de decisiones tácticas y me recordó los primeros derbies que viví como niño cuando la UD Las Palmas visitaba el Heliodoro donde tanto en Liga como en Copa que partía como favorito. Comenzó el partido y vi el respeto que el Tenerife le tenía a Las Palmas, puesto que no quería asumir la posesión del balón que en teoría corresponde al equipo local. A través de golpeos directos y trabajos de segundas jugadas fue la fórmula con la que intentaba generar peligro. La UD, sin perder su identidad de buen trato de balón e intentando trabajar posesión, nos demostraba que no está en su mejor momento, que le costaba tener continuidad en su fútbol y además llegaba con muy pocos futbolistas al área contraria, no terminaba de ir a por el partido ni de aprovechar el respeto o miedo con el que entró el Tenerife en el partido. Entre que uno no podía el Tenerife y el otro no se decidía a ir a por el partido se nos fue el primer tiempo.
Se inició el segundo periodo sin variantes tácticas en los dos equipos y a través del respaldo y ánimo de su público el Tenerife subió un punto de agresividad e intensidad. Eso le bastó, junto a una de nuestras debilidades la estrategia defensiva, para en un corner se pusiesen por delante en una jugada que se repite partido tras partido remate en el primer palo que nos sigue haciendo daño. Después de unos minutos donde los blanquiazules no supieron matar el partido,

Pignol salta, Nino se agacha (MYKEL)
 Paco Jémez tomó decisiones acertadas: explotar la banda derecha con Quero buscando a Beranger (tenía tarjeta amarilla) y la inclusión de un futbolista de regate y centro, Pedro Vega, y un rematador, Mauro Quiroga. Y fue cuando apareció el miedo a ganar por parte del Tenerife que en los últimos diez minutos decidió mantener el resultado a través de defender cerca de su portero, esa fué su condena y nuestra mejor jugada.
Apareció Mauro Quiroga con un remate de delantero que dio un punto que sabe a victoria a la UD Las Palmas, un empate que los aficionados, medios de comunicación, dirigentes y jugadores deben disfrutar para dar confianza y tranquilidad ... pero los técnicos deben de reflexionar sobre lo sucedido porque tienen mucho trabajo que mejorar en sus equipos.
Tino Luis Cabrera, entrenador *

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