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domingo, 5 de mayo de 2013

MAKY-THIEVY: MAGNETISMO VERTICAL


Desde el día que se vidas se cruzaron supieron que entre ambos existía magnetismo. Ese 'nosequé' que les hace entenderse fuera y dentro de un terreno de juego y que les ha convertido en protagonistas estelares de una ilusión. Entre Maky y Thievy nació desde el primer instante una sociedad de fácil entendimiento; en realidad dos delanteros de ideas futbolísticas verticales, conjugando velocidad y habilidades, con el acierto final siempre en asignatura pendiente. Pero de la abundancia, de probar de manera reiterada, nace la riqueza ofensiva que ambos ofrecen a estas alturas del campeonato para el candidato UD Las Palmas.

Los magnéticos Maky y Thievy comparten muchas cosas en la UD Las Palmas, incluso las críticas impacientes que reclamaban mayor acierto en la definición. Impacientes porque se trata de jugadores en fase de conocimiento de la jungla de la Liga Profesional y a los que se les exige una producción casi sin fase de adaptación. Pero los números, a medida que avanzan las jornadas, comienzan a encajar. Maky suma once goles en sus 35 partidos disputados. Los conjuga con los diez de Thievy en 31 actuaciones de Liga. La terna la completa los 14 de Vitolo sumando el trío más de la mitad de los tantos amarillos (35 de 60). Un tridente así, con esta interpretación estadística, da sentido a muchas cosas.

A Thievy le costó poco encontrar su rol en el estilo Lobera. Apareció precisamente relevando al descanso a Chrisantus, en la cuarta jornada (Alcorcón). Y desde entonces Las Palmas descubrió a su propio Usain Bolt. Los cien metros de Thievy no encuentran obstáculos en las defensas rivales; pero es capaz de combinar sus llegadas al área con cesiones a compañeros. Maky es uno de los que más las ha aprovechado.

El nigeriano, por su parte, ha tenido más dudas en su trayectoria aunque ya hemos explicado que se ha convertido en el mejor referente ofensivo a domicilio de la UD Las Palmas (9 de sus once tantos se lograron en las visitas). Pero su labor incansable no ha pasado desaparecida. Maky se parece más en mayo de 2013 al jugador que deslumbró en etapa juvenil que al que viajó desde Hamburgo el pasado verano, con síntomas de frustración tras su paso por la Bundesliga. La afición grancanaria, sabia como ninguna, se percata de ese trabajo y el pasado sábado le brindó el premio de una ovación compensatoria al ser sustituido.

Con Maky y Thievy buscándose obsesivamente la UD fue capaz de reconducir su trayectoria ante el Sporting y ganar otra de sus finales. Entre bromas personales y acciones asociadas ellos avanzan y empujan al equipo. Y con sus goles el sueño no tiene finito.

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