Aún es pronto para hacer valoraciones. No, en cambio, para saborear alegrías, porque en el entramado de la temporada también ya las hay. Los síntomas de recuperación exprés de Las Palmas Atlético es una de ellas; verle coronar pronto la clasificación en un año en el que se han producido modificaciones importantes en su plantilla supone un alivio. Porteros nuevos, defensas centrales nuevos, también el relevo del zaguero izquierdo y más cambios de piezas en la formación titular y resto de plantilla hacían pensar que Víctor Afonso y su fiel ayudante José Luis Padrón tardarían unos meses en encontrar velocidad de crucero.
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| José Luis Padrón habla con Víctor Afonso (C. Torres) |
Más aún cuando el filial no es sólo un equipo de formación sino de recuperación porque hay futbolistas a los que toca educar cuando prueban el ascensor con billete de ida y vuelta. Esas sensaciones también hay que asimilarlas. El conjunto de Tercera de esta temporada tiene un algo especial que el tiempo dirá si en él se conjuga la fórmula mágica del éxito. Hay apetito para conseguir triunfos y ojos muy abiertos para aprender. El talento es un grifo que no se ha obstruido ni cambia su caudal. Son símbolos de buena salud, tan importantes como los que puedan aparecer en el primer equipo porque la cadena tiene bien enlazados sus eslabones.
En esta marea a veces tan desconcertante en el que navega el club, da gusto mirar la clasificación del filial y pensar que las espaldas vuelven a estar cubiertas ... en tiempo récord.
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