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lunes, 13 de agosto de 2012

LLORENTE, VÍA VITOLO

Josu Urrutia, presidente del Athletic Club, ha ofrecido este lunes una comparecencia de prensa digna para enmarcar; tras sus palabras pueden verse reflejadas muchas entidades deportivas, incluso a las que el propio club vizcaíno acude para reforzar su plantilla. Un equipo con tanta carga emocional como el suyo se ve en estos días en una tesitura similar a la de otros destinos que están sensibilizados con el trabajo de cantera y sufren deslealtades de jugadores propios que reclaman un cambio de escudo con argumentos diversos ... pero con un fin común. No es la primera vez que le ocurre al conjunto vasco, pero puede ser la más llamativa de cuántas se recuerdan porque Fernando Llorente es el buque insignia de la entidad; el que ha relevado a tantos otros grandes futbolistas rojiblancos que estuvieron de principio a fin al lado de la afición de San Mamés o viceversa. No quiere el delantero internacional ser el 'Julen Guerrero' de 2012, en cualquier caso; busca una nueva motivación y renuncia a ser legendario como los de antaño.
Fernando Llorente (Diariogol)
Las palabras de Urrutia están bien curtidas desde todos los ángulos porque él mismo fue jugador y puede comprender el punto de vista de un colega de profesión, pero también es el responsable de una club cargado de patriotismo y simbología. Sin embargo fue capaz de reconocer que "si un jugador que está en el Athletic 16 años no está convencido de que terminará su carrera profesional con nosotros y está pensando en otro club, entonces también nos hemos equivocado en algo". La autocrítica le conviene porque él mismo admite que está preocupado con el mensaje que le envían los jugadores del primer equipo hacia los futbolistas de Lezama. "No podemos hacer ver que todos pueden hacer lo mismo cuando quieran". Por ello, la respuesta de la directiva del Athletic a Llorente es "la cláusula está ahí: 36 millones".
Urrutia llegó a decir que el pulso de Llorente pone en peligro para el futuro los fundamentos del propio Athletic, su razón de ser como plataforma deportiva y hogar de sus simpatizantes. En cada una de sus frases había mensajes contundentes que posiblemente no están dirigidos al jugador a quien ya no le motiva el colorido de la Catedral y ese ambiente de fútbol con denominación original; está dirigido a quienes podrían imitarle. Nada de cuanto dijo Urrutia tiene desperdicio.
Casi a la misma hora pero sin tanta extensión en sus manifestaciones sobre otro asunto, Miguel Ángel Ramírez estaba prácticamente diciendo lo mismo sobre Vitolo y los doce millones de su cláusula. Inflexible, seguro y tranquilo, protegía los intereses de la UD Las Palmas. Porque los clubes que generan activos también han de ajustar sus comportamientos ya que por encima de los intereses individuales debe imperar el respeto a quienes se abonan a un escudo, no a sus protagonistas.

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