Habló el presidente y mandó parar. Divulgó este viernes frases de enorme contundencia tras una derrota, con un calado tan profundo y lesivo que este partido contra el Cartagena no pasará a ser una pérdida de puntos cualquiera. Porque la vergüenza esgrimida por Miguel Ángel Ramírez tiene reflejo en el graderío y en el comportamiento del aficionado de una manera inequívoca. "No nos merecemos este final", concluyó. En los tiempos que corren, que un jefe diga a sus empleados que "no hacen honor al sueldo que se les paga ni al escudo que representan" ... supone un mensaje de una crudeza extrema. No sabemos si los futbolistas en esta ocasión reaccionarán como suele ser habitual cuando pintan bastos: mirar para otro lado y esperar a que las culpas caigan sobre el entrenador de turno, convertido en hucha sin fondo. O volverán a decir lo de "esto no va a volver a pasar, aprendemos de los errores, estamos deseando que llegue el próximo partido ..." Sin embargo, el misil presidencial es directo y ¡atención a la que se avecina!.
La decepción de Viera en su despedida como amarillo (C. Torres) |
El daño que se está causando a la UD Las Palmas no tiene efectos inmediatos. Va más allá del enfado presidencial o de la identificación de culpables. La vida del club continuará traspasado el 30 de junio y hay un volver a empezar en cuya génesis nos encontramos. El trabajo de los consejeros y los gestores del club es muy duro para conseguir el último euro, equilibrar las cuentas, cubrir los haberes de los futbolistas y empleados y también mantener viva la ilusión, carburante de cualquier proyecto. Esta descodificación actual, sin embargo, es peligrosa porque el mal terminar de 2011-12 es el peor augurio para el comienzo de 2012-13. Ramírez y sus leales de la administración ya lo han comentado: a problemas radicales, soluciones tajantes.
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