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lunes, 26 de agosto de 2013

EL CAUDAL OFENSIVO DECRECE


La UD Las Palmas ha sido el séptimo equipo de la Segunda División A que más ha tardado en anotar su primer gol esta temporada en partido oficial de Liga. Necesitó 119 minutos para que el cuero traspasara la línea de una portería rival después de quedar en cero frente al Deportivo y marcar Chrisantus a los 29 minutos de juego en feudo del Alavés. El dato puede parecer anecdótico, pero se presenta como una aparente señal de alerta. Sólo empeoran a los amarillos en estas dos jornadas de Segunda el CD Lugo (127 minutos), la Ponferradina (136 minutos), Mallorca (145 minutos) y Alavés (171 minutos), mientras se quedan sin anotar Tenerife y Real Madrid Castilla.

El gol, la creación de ocasiones, es un primer problema porque no sólo es la baja producción realizadora, sino la sensación de que el equipo de Sergio Lobera, en plena metamorfosis de una campaña a otra, ha perdido consistencia en su sistema ofensivo. El caudal de juego en ataque no es abundante y la proporción de aciertos, en consecuencia, decrece. Los dos primeros partidos de Liga ratificaron algo que ya empezaba a preocupar en la pretemporada.


Las prestaciones parecieron mejorar este sábado en Mendizorroza con respecto al debut frente al Depor. El nigeriano Chrisantus, además, repite por segunda temporada consecutiva como primer realizador de la plantilla grancanaria. Y firma otro hecho llamado: el azar le coloca su primer gol a los 29 minutos de estar en el terreno de juego, como había ocurrido en 2012 cuando, en ese mismo paso del cronómetro, firmó el 0-1 ante el Racing en el Sardinero.

El grifo ofensivo del que quiere ser de nuevo candidato a la lucha por el ascenso está atascado o, de momento, se ha abierto en la medida que se esperaba. Para el ataque la UD Las Palmas ha reservado sus últimos esfuerzos en el mercado de jugadores, que ha resolverse en el sprint final de agosto y en el inicio de septiembre hasta el cierre del periodo de inscripción.

Maky es el superviviente en plantilla del tridente de los 38 tantos (recordemos: 12 el nigeriano, 15 Vitolo y 11 Thievy). Pero aún el engranaje de ataque, con sus respectivos refuerzos, se presentan como una incógnita en una campaña donde el equipo parece haber perdido la chispa en ataque que le caracterizó en la pasada Liga.

No es realmente un problema de la calidad de los rematadores, que aún está por comprobar las de Delev, Mayor, Tato y de los canteranos que están en la órbita del primer equipo. Las Palmas necesita recuperar su buen criterio para ganar metros y crear peligro, máxime ahora que dispone de un futbolista idoneo para el penúltimo o último pase.

El margen de mejora es, sin duda, muy alto. Y la comisión deportiva se obliga a buscar las soluciones ya con carácter inmediato para que todas las piezas estén en disposición del estratega. Las noticias han de concretarse de manera inminente.

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