Buscar este blog

viernes, 26 de noviembre de 2010

LORETO IV: "LAS HAMBURGUESAS DEL McDONALD NOS SALVARON EN COREA" (y 2)



El puntal grancanario recuerda las necesidades alimenticias que padeció la primera delegación de lucha canaria a Seúl





 La imagen es el del club Casa Pastores de Vecindario, que reunió a los hermanos González. Arriba, Pepe Loreto (primero a la izquierda), Paco (el segundo), Carmelo (el tercero), Antonio (el sexto) y Juan (el séptimo). Debajo, Manuel (el segundo). También está el primo Mario (el cuarto agachado). Eran los inicios de Loreto IV, apenas con quince años de edad





Loreto IV fue integrante del combinado que hace 19 años exportó por vez primera la lucha canaria a la capital Corea del Sur, Seúl. “Aquel viaje resultó memorable”, revive con añoranza. Se trataba de la devolución de visita a la selección nacional de lucha tradicional Ssirum, que había realizado el primer encuentro en nuestro archipiélago. Loreto ya había ofrecido una gran exhibición ante los coreanos en la cita del Centro Insular de Deportes. El puntal grancanario era una de las figuras de la delegación isleña y regresó de aquel viaje, al igual que Franquis, con el trofeo ‘Toro de Oro’: “Este premio es una alta distinción en el deporte nacional coreano. Gané dos combates en la modalidad de lucha canaria y tres en la del país asiático”.
   El problema, sin embargo, fue la adaptación de los isleños durante dos semanas a la cultura oriental. “Imagínate: doce luchadores canarios, doce hombres como castillos y acostumbrados a comer como deportistas propios de la lucha canaria. No hace falta comentar que nuestras necesidades alimenticias fueron abundantes. Los coreanos se portaron muy gentiles con nosotros, se esforzaban en que nos sintiéramos cómodos”, matiza. “Pero toda la comida que nos ofrecían era picante y cruda. Nos llevaron a una recepción oficial donde sirvieron cincuenta platos diferentes, pero todos sabían igual. Y en el hotel, lo mismo. Así que todos los canarios acabamos en el McDonald. La gente alucinaba cuando veía a los luchadores canarios cargando grandes bandejas de comida rápida a rebosar. Y así durante dos semanas. Las hamburguesas de McDonald nos salvaron en Corea. Había quien se comía seis, siete, ocho, ... yo qué sé. Ni las contábamos”..

PARRI, EN LA GLORIA
   Los canarios lograron sorprender a los asiáticos incluso en su especialidad. Y crearon a un héroe improvisado en la modalidad de Ssirum. “A Parri la gente le creía un Dios. Logró la victoria más sonada de la época. Se enfrentó al campeón nacional de Corea en una lucha que fue televisada para todo el país. El coreano entró en un recinto de más de cinco mil personas como un ídolo”, continúa. “Lo transportaron al centro del pabellón sentado en un trono. Parri lo desarmó con facilidad y su triunfo fue la noticia de la jornada. Todo el mundo quería fotografiarse luego con él. Íbamos por la calle y le paraban, le pedían autógrafos, le entregaban a sus hijos para hacer la foto con el campeón canario. Parecía un gigante entre aquella gente. Aquel fue un gran éxito para la lucha canaria”.

TONONO, EL MÁS COMPLETO
   En su larga trayectoria deportiva, Loreto IV midió fuerzas con los mejores luchadores de las tres últimas décadas. No vacila en afirmar quién es el más completo de cuántos se cruzaron en su camino: “Tonono Pérez, sin duda. No sólo me gustaría destacarle por su manejo de toda la gama de luchas con independencia de quién fuera su rival. Es que como entrenador también es muy completo y sabio. Tonono es algo fuera de lo normal en nuestro deporte. Sabe transmitir y motivar. El mandador ha de ser un buen psicológo para extraer el mayor rendimiento posible al deportista: generar la confianza del luchador. He conocido a otros excelentes técnicos, como Vicente Alonso, los hermanos Coruña y mi propio hermano Pepe”.
   Entre los que componen el elenco de estrellas actuales, Loreto se identifica con el estilo de Juan Espino El Trota: “le conozco bien. Ofrece condiciones técnicas y mentalidad para hacer grandes cosas. De igual forma destaco a Medianito IV. Ellos son los grandes estilistas del momento. La lucha les necesita para volver a renacer”.




Una magnífica selección de juveniles, en los años ochenta. Loreto es el último agachado, a la derecha. A su espalda, el mítico Faro de Maspalomas (Fotos: archivo personal de Loreto IV)


"A LA LUCHA LE SOBRAN KILOS"
    Loreto IV percibe la crisis actual de la lucha desde una óptica técnica: “Creo que hoy hay luchadores tan buenos como antaño. Sin embargo, a la lucha le falta espectacularidad y a los luchadores les sobran algunos kilos. Los grandes puntales de 140 kilos de peso resuelven las agarradas en función de los castigos, de las amonestaciones. Hay un exceso de pasividad en la brega y se traiciona el principio de la luchada que es la espectacularidad, la maña o el arte para derribar al contrario”. Otro problema, de igual forma, es la falta de apoyo político: "Nuestro deporte está ahora abandonado por la clase política y también de manera llamativa por los medios informativos. Debemos protegerlo todos para que vuelva a tener el rango que disfrutó antaño".



No hay comentarios:

Publicar un comentario