No hay balanza en la que calibrar la amistad o el odio; esos conceptos son intangibles, pero sabemos que pueden ser más intensos o, en su defecto, irrelevantes. El aparato para realizar con precisión cirujana las evaluaciones futbolísticas de los proyectos tampoco no se ha inventado. Mourinho podría sacar al Real Madrid de la clasificación y, a la vez, tener la sensación de no ser querido o comprendido por su parroquia o por quienes sermonean a los parroquianos. Puede ocurrir, pero la historia le va a recordar -si no todo transcurre hasta el final como hasta ahora- como el técnico que fue capaz de frenar al supercalifragilisticuespialidoso Barcelona de Messi, de Pep, de Xavi, ... Lo hizo amparado en los argumentos válidos que sí se contrastan en la clasificación: ganar partidos o, en su defecto, sumar puntos. El método no queda reflejado en la tabla clasificatoria ni en la hemeroteca estadística.
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| Los jugadores saborean la victoria en Murcia (MurciaDeportiva.es) |
Si sobre una mesa de debate se abre un temario y aparece la UD Las Palmas 2011-12, se puede también producir una estampida argumental en todas las direcciones. Por eso aún existe el fútbol, porque genera opiniones. Pero lo que a Juan Manuel le preocupa y, a la postre, lo que a todos los aficionados les quita el sueño o se los endulza es lo ocurre en el edificio de 22 inquilinos que deben compartir esperanzas o sinsabores. 40 puntos en la jornada 28 (justo dos terceras partes de la competición) y considerando las connotaciones que han condicionado la confección de la plantilla, resisten cualquier exigencia y cualquier análisis, incluso los indocumentados. Porque, además, compararlos con los precedentes de los años anteriores genera aún un escudo protector mayor a la evolución del proyecto 2011-12.
40 puntos a falta de 14 jornadas ... ¿Alguien es capaz de no ilusionarse?. Son, además, 40 puntos de amplia producción doméstica (27 se consolidaron en el Estadio de Gran Canaria) y restando ocho partidos para jugarlos como anfitrión, ¿acaso no invita a pensar que puede pasar cualquier cosa?. Hace bien el técnico en recordar que no hay nada que celebrar todavía. Pero esta vez, con espaldas tan bien cubiertas y restando tanta distancia todavía, sí hay motivos para que una ilusión germine. Quizá estamos hablando de aquel paso que un día de agosto dibujó Miguel Ángel Ramírez cuando dijo que "esperamos una temporada bonita, que es la permanencia holgada; precioso será si luchamos por la promoción". En ese tránsito aún estamos. Porque esta nueva UD está de alguna forma empapada por una teoría churchiliana sobre la vida: "Al éxito se puede llegar si se aprende a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse"
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